24 DE MAYO: TÚ ERES EL CENTRO DE MI VIDA.

Marcos 10, 1-22 “Lo que Dios unió, que no lo separe el hombre”.

El Evangelio de Marcos nos relata cómo Jesús habla del matrimonio.

Le preguntan sobre lo que dijo Moisés referente al divorcio y Jesús les contesta que lo hizo por la dureza de corazón que se da en nosotros. De cómo desde la creación, Dios nos hizo para que una vez decido unir la vida con alguien más: “Dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su esposa y serán los dos una sola carne”.

Eso consiste en amarse y respetarse y que entre la pareja sean uno solo, no tres ni mucho menos 4 o 5. Y parece ser que seguimos sin entender la lección, porque ¿Cuántas veces las parejas se llevan a la unión matrimonial a sus padres?, en especial a su madre. Cuando dos personas deciden unir sus vidas, la única persona que debe ir con ellos, de la mano, en la comprensión y en el amor es Dios, nuestro Señor. Nos lo dice Jesús también: “Lo que Dios unió, que no lo separe el hombre”. Y dentro de este concepto está, cuando la pareja no sabe llegar a acuerdos y en lugar de acudir a la respuesta amorosa de Dios, corren con sus padres, que jamás podrán entender qué sucede exactamente entre ellos, y es cuando se pone en riesgo que la unión que Dios creó, sí la separe el hombre.

Dios es nuestra mejor guía en cualquier relación, porque es quién nos enseña a perdonar ¿Verdad? Es Dios quien nos ayuda a ser pacientes y tolerantes, es quien nos llena de esperanza de que cualquier problema, si lo tomamos de la mano a Él y lo ponemos en el centro vamos a salir adelante, podremos escucharnos, y con amor vernos a los ojos y pedir las disculpas necesarias, con humildad, con compasión el uno con el otro. Dios, es la respuesta a nuestras dudas, es quién nos llena de virtudes y dones, que al cimentar bien en nuestras relaciones, van a dar frutos increíbles de amor.

Vayamos con alegría en busca del Señor, cuando nos encontremos en una gran tormenta, cuando la tempestad no nos deje ver hacia el frente y en Él, vamos a sentirnos cobijados y llenos de fe, de amor y de esperanza en que nuestra relación con otros o nuestro matrimonio, verá la luz del sol.

Propósito de hoy: Padre, que nunca me falte tu amor para resolver conflictos y permitir que seas Tú, el centro de mi vida y no alguien ajeno que pueda causarme dolor.