7 DE MAYO: REVIVO LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO.

Juan 16, 5-11 “: Les conviene que me vaya; porque si no me voy, no vendrá a ustedes el Paráclito”.

Jesús en la cruz pidió por nuestra salvación y estamos bendecidos por la gracia de su amor hacia sus hijos, que somos nosotros. Y también  nos dice que a todos nos conviene que Él se vaya, que muera porque entonces podrá enviarnos al Espíritu Santo a quién llamamos también “Paráclito”.

Que grande es Dios, que nos envió a Su único Hijo para que nos hablara del amor, para que nos diera los dones de Su Espíritu para aprender a perdonar, como hizo Jesús y con el Espíritu de amor, de verdad y de justicia, nuestra vida tuviera un sentido.

Y qué más grande testimonio podemos dejar nosotros que los frutos de esa cosecha bien plantada, donde el Sembrador echó semillas en tierra fértil. Damos fe de la existencia de Dios cuando ayudamos a los demás y no para recibir algo a cambio, sino para sabernos llenos de misericordia y compasión como Jesús en la cruz.

Estamos esperando en este tiempo litúrgico la llegada del Espíritu Santo que nos llena de sus dones y renovamos una vez más en sentimiento que nos ayuda a encontrarlos dentro de nuestro corazón. Estos dones son: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios; todos están en cada uno de nosotros y nos corresponde descubrirlos y trabajar en ellos para usarlos y dar los frutos que de ellos se derivan: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.

Estemos preparados para recibir los dones de Dios y dar fruto en abundancia.

Propósito de hoy: Quiero prepararme para renovar mi fe y recordar los dones y frutos del Espíritu Santo que están dentro de mi corazón.