29 DE MARZO: YO QUIERO SER DE TU VERDAD.

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan, 18, 1-19, 42  “¿A quién buscan?”

La búsqueda de Jesús de Nazaret para llevarlo hasta la muerte fue continua, hasta que la traición dió pie a su arresto. Una búsqueda propiciada por el miedo. A Jesús los sumos sacerdotes y los pueblos le tenían miedo porque no comprendían por qué Jesús siempre hablaba de perdón y de amor, siendo ellos una comunidad donde juzgarse unos a otros era la ley de vida. Y nosotros, después de dos mil años no somos tan diferentes. A muchos nos mueve la violencia, la necesidad de venganza porque creemos que somos superiores a los demás y estamos tan equivocados. Dios nos creo a todos de la misma manera, nos dió la capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo y somos nosotros quienes decidimos nuestro camino.

La pasión de Jesucristo nos narra la traición de Judas y la negación de Pedro; nos narra cómo el gobernador preguntó al pueblo si queríamos que liberara a Jesús y todos dijimos que no, que lo crucificaran. Y la pregunta siempre será ¿Por qué?

Jesús nos dice que Él no es de este mundo, que su Reino no es de aquí: “Soy Rey. Yo nací y vine a este mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.” ¿Cuál es nuestra verdad? Habrá que preguntarnos, ¿Esa que viene de Dios?

Nuestra verdad es aquella que nos llena de paz, la que nos enseña el perdón y la humildad en el perdón, la que es justa y por la que muchos damos la vida. La verdad de Dios está en nuestra fe, en la esperanza de la resurrección, en el legado de sabernos hijos de María, la madre de Jesús. Nuestra verdad es la que nos da respuestas en la Palabra de Dios, la que nos permite construir templos del Espíritu Santo en nuestro corazón, la que nos lleva al punto final de nuestra existencia terrenal para entrar a la vida eterna como Jesús en la cruz. Nuestra verdad es aquella que nos hace dar testimonio del amor y la misericordia de Dios por medio de nuestra acción de servicio a nuestro hermano y principalmente, la que nos ayuda a pedir perdón y a arrepentirnos de nuestras faltas para poder sanar el alma.

Vivamos este Viernes Santo el via crucis que vivió Jesús para identificarnos con su dolor y recibir ese perdón que nos dió cuando estaba en la cruz.

Propósito de hoy: Padre, dame tu fuerza para vivir en la plenitud de tu verdad y poder encontrarte dentro de mi corazón.