23 DE MARZO: UN MILAGRO POR DÍA.

Juan 11, 45-56 “Ese hombre está haciendo muchos prodigios”

Los milagros de Jesús. Brevemente este Evangelio nos habla de cuando Jesús resucitó a Lázaro, pero se enfoca más en el pensamiento de los sacerdotes, de cómo es que Jesús seguía haciendo prodigios y de cómo es que querían llevarlo preso. Preso por no poder entender la magnitud del amor de Dios en la persona de Jesucristo y del sentimiento de que sabÍa más que ellos sobre Dios y no querían que su popularidad siguiera creciendo y opacando lo que ellos enseñaban.

Pero así es Dios, nos utiliza para su plan. Jesús nos dió una buena lección de fe, y de obediencia porque sabía que con el Padre todo sería en abundancia. Nos dejó su ejemplo para seguir sus pasos y también para entender que cuando decidimos elegir a Dios, nos elegimos a nosotros mismos ¡Sí! Porque todo el bien que recibimos de Dios viene derechito a nuestro corazón.

Sin embargo, cuando las decisiones que tomamos no nos favorecen, nosotros mismos estamos huyendo de la protección de Dios, porque nos empezamos a alejar. Y hay que poner mucha atención, nosotros nos alejamos, no Él. Dios no nos deja nunca; al contrario el lucha con nosotros cuando tenemos tentaciones frente a nuestro camino, solo necesitamos aceptarlo y aceptar sus prodigios en nuestra vida. Como cada mañana al despertar, al saludar a nuestra familia, al salir al campo y ver la naturaleza que nos rodea; Hay que dejarlo actuar.

Esta Cuaresma vamos uniéndonos en oración para ver la mano de Dios en todo lo que nos sucede, porque aún si creemos que hoy tuvimos un mal día, hay un motivo que solo Dios sabe, pero que permitió que eso tan malo no fuera en nuestra contra. Vamos siguiendo los pasos de Jesús al momento de pedir perdón y perdonar porque es la manera que mas agrada a Dios para parecernos a su Hijo Jesucristo.

Propósito de hoy: Padre, permite que mi corazón sienta cada vez que haces un milagro en mí para yo poder dar testimonio de tu verdad y de tu amor incondicional.