5 DE ENERO: CORRO HACIA TI.

Juan 1, 43-51 “Hemos encontrado a aquel de quién escribió Moisés”

La alegría y el sentimiento amoroso que nos da cuando encontramos a alguien que estábamos esperando es una emoción que todos hemos sentido ¿Verdad? Igual que ayer, pero con otros personajes, Juan nos relata ahora cómo Felipe corrió ante su amigo Natanael para compartir con él la llegada de Jesús, el hijo de José, el de Nazaret.

Sin embargo, como muchos de nosotros, antes de que nos presenten a alguien ya le estamos encontrando defectos, en este caso el amigo le dice a Felipe ‘qué de bueno puede salir de Nazaret’. ¿Qué de bueno puede haber en alguien que haya nacido en este o aquel lugar? Es una pregunta o afirmación insensata. ¡Todos tenemos algo de bueno en nosotros! cada uno estamos llenos de dones y virtudes que tal vez los demás no saben reconocer, incluso hasta ni nosotros mismos.

Aún así, Natanael va con Felipe a encontrarse con el hombre que les cambió la vida, que los llenó de amor y que les enseñó a predicar su verdad. Jesús de Nazaret, hijo de José y María, humilde entre los grandes y grande entre los humildes; vino a romper esquemas, a demostrarnos que cuando tenemos a Dios en el corazón somos invencibles.

Y tú ¿Te has encontrado con Jesús de Nazaret? Yo estoy segura que sí, porque si ponemos atención podemos ver a Jesús en la persona de quién está frente a nosotros o en aquel que nos da la mano cuando nos caemos, que nos cuida cuando enfermamos, que nos da de comer y nos viste, quién se sienta pacientemente a escucharnos cuando tenemos una pena, o alguna alegría por compartir. ahí está el Hijo de Dios, porque todos lo llevamos dentro de corazón, solo hay que descubrirlo, como a esos dones y talentos que conforman nuestra esencia.

¡Busquemos los amigos para decirles que, aquel del que hablaron los profetas, está entre nosotros!

Propósito de hoy: Quiero encontrarte en el rostro de los demás y agradecerte que seas ese gran amigo que necesito en mi vida.