21 DE DICIEMBRE: QUÉ VALIENTE, MARÍA.

Lucas 1, 39-45 “Dichosa tú, que has creído”.

¡Dichosos todos y en especial los que creemos en la palabra de Dios! Así es, María que sabía que su vida no sería fácil, empezando por la idea de José de abandonarla tras saber que esperaba un hijo cuando ellos aún no vivían juntos. Qué valiente María de haber dicho que Sí, de haberse entregado en cuerpo y alma al Señor, tal vez, porque sintió que aún si no entendía lo que significaban las palabras del ángel, ella había sido elegida por sus virtudes a ser la Madre del Hijo de Dios.

Hoy día si una joven queda encinta, ya no es tan escandaloso socialmente hablando, pero sigue siendo una falta a la moral, y hace años cuando muchos de nosotros estábamos jóvenes sí que se tomaba como una falta “social” más que moral, porque los padres de esa joven decían “que van a pensar los demás de nosotros”. No se impactaban tanto por las razones morales, no, sino sociales y en muchas ocasiones enviaban a su hija a vivir fuera de la ciudad, o las corrían de la casa, o hacían que el muchacho en cuestión respondiera con un matrimonio que guiaba al fracaso, en la mayoría de los casos. Ahora, imaginemos a María, que no conocía varón, como ella responde al ángel ¿Qué tipo de temor habrá enfrentado? ¿Cómo debió sentirse José?

A estas preguntas la respuesta más grande y hermosa, es que para ambos, su fe los ha salvado de cualquier inconveniente que pudieran haber sentido, porque nos cuenta la historia, que José vivió para amar a María y para protegerla a ella y a su hijo Jesús que sería el Hijo de Dios.

Muchas veces a nosotros nos hace falta fe, queremos creer y en la primera distracción dudamos que Dios sea quién guía nuestro camino, escuchamos a los demás diciendo “tú y tu Dios” y desconfiamos en la verdad de Dios, nos unimos al mal queriendo ver pruebas palpables sin escuchar las que nos salen del corazón, porque es ahí donde está Dios, es ahí en nuestro corazón y lo tenemos atrapado, no lo dejamos florecer, lo reprimimos por temor a “lo que van a decir y pensar los demás de nosotros”.

No tengamos miedo, lo mejor que nos puede pasar: ¡es Dios!

Propósito de hoy: Hacer de lado cuando alguien me critique por mi fe. Seguiré caminando, como María,  siempre segura del amor de Dios hasta cumplir lo que me corresponde vivir.