14 DE DICIEMBRE: QUIERO EMPEZAR DE NUEVO.

Mateo 11, 11-15  “El Reino de los cielos exige esfuerzo, y los esforzados lo conquistarán.”

Esfuerzo, sacrificio y lealtad a la verdad, a lo que se profesa, es hablar de Juan el Bautista quién jamás puso en duda la palabra de Dios, quién defendió sus valores, glorificados en Dios, hasta el último momento en que fue degollado por el orgullo y desobediencia de unos pecadores.

La historia de Juan es tan bonita al igual que dolorosa, llena de milagros, de fe y del Espíritu Santo desde el día en que María visitó a su prima Isabel al decirle que “en cuanto escuchó su voz, el niño brincó de alegría en su seno” como nos dice Lucas 1, 44.

¿Te imaginas? Tal vez te ha tocado conocer a alguien embarazada y sientes al bebé dar una patadita o moverse en su vientre, quiero pensar que algo así de hermoso le sucedió a Isabel, la mujer adulta que quedó encinta por que daría luz a un hijo al que llamarían “profeta del Altísimo, pues irás delante del Señor, para preparar sus caminos” (Lucas 1, 76).

La vida de Juan nos trajo la esperanza de que el Mesías estaría por llegar, vino a darnos la noticia de salvación, vivió y predicó en el desierto, enseñándonos a no robar, a alimentar al hambriento, a compartir nuestras riquezas con el que tiene menos y nos bautizó con agua perdonando nuestros pecados por la misericordia de Dios, en espera a la venida de Jesucristo quién llegaría a bautizarnos con el fuego del Espíritu Santo.

En el tiempo de Adviento, que vivimos este mes, la esperanza alegra nuestros corazones porque revivimos cada año el nacimiento del Hijo de Dios, celebramos su encarnación y nos preparamos a su llegada pidiendo perdón y perdonando a quien nos ofende, purificamos nuestra alma y corazón para estar listos a su llegada. Lo maravilloso de todo, es que ésta, es una historia de amor que nos anima a esforzarnos a ser mejores seres humanos porque se nos da la dicha de poder empezar de nuevo, para cambiar o modificar pensamientos y acciones y lograr así conquistar el Reino de los cielos.

Que en el sacrificio de Juan, veamos la fuerza que nos da el amor de Dios cuando estamos dispuestos a defender su verdad.

Propósito de hoy: Ayúdame Padre por medio de la oración a ser fuerte y valerosa para esforzarme cada día a amarte más y que tu llegada signifique el cambio que quiero en mi vida para parecerme más a ti.