2 DE DICIEMBRE: NO HAY SALIDA FÁCIL.

Lucas 21, 34-36 “Velen, pues, y hagan oración”

¡Estar preparados!

Esto nos dice Jesús en el Evangelio de Lucas, que estemos alerta, que no nos distraigan las tentaciones, ni los vicios, ni las preocupaciones para no estar desprevenidos nunca. Que no nos sorprendan sin haber servido a los demás, sin haber ayudado, o alimentado, o vestido al necesitado; que no nos sorprenda la llegada de Jesús a nuestra vida sin haber amado con honestidad a nuestros hermanos.

Nos pide Jesús que hagamos oración, que estemos preparados y listos porque Dios llega para quedarse, para ser parte de nuestra vida, para guiarnos hacia el camino correcto a seguir, sin desviarnos por salidas y atajos fáciles. Si la vida fuera fácil, ¿cómo podríamos medir la misericordia, la compasión y el amor del que somos capaces? Es necesario pasar por momentos difíciles, por aguas tormentosas que nos debilitan, para así reconocer lo mucho que nos hace falta la oración para acercarnos a  Dios y poder entender los  motivos de nuestro dolor, el porqué de lo que nos sucede -ya sea bueno o no tan bueno y agradecer por las bendiciones que hacen nuestra vida abundante con el amor de Jesús.

¡Esa es la recompensa! El infinito amor de Jesús, porque Él dió su vida para que tú y yo pudiéramos ser libres y por amor pidió perdón por todos sus hermanos, o sea, por ti y por mi. El perdón de Dios es la muestra más grande de amor y Él quiere que lo imitemos, que seamos dignos al perdonar a quien nos causa un dolor, así como también aprender a aceptar cuando alguien nos pide perdón y bajar la guardia y dejar atrás, ese resentimiento que tanto nos pesa y que nos ha llenado el corazón de odio por  mucho tiempo ya. Vamos a ser portadores del don del amor y a tener la gracia de saber dar ese amor a los demás.

Propósito de hoy:  Hacer oración par que Jesús me de el regalo de Su gracia y Su virtud.