25 DE NOVIEMBRE: ERES UN DIOS DE VIVOS.

Lucas 20, 27-40 “Maestro, has hablado bien”

La incógnita de la vida después de la vida. Dios es un Dios de vivos, porque al morir vamos hacia la vida eterna prometida por Dios. Las personas que profesamos la fe cristiana, tenemos la esperanza de la resurrección, de que al morir nacemos; y es en este Evangelio que Jesús, el Maestro, nos recuerda que seremos como los ángeles, e hijos de Dios, porque para Él todos vivimos.

Cuando alguna persona que queremos, que conocemos, que amamos muere, sabemos que ahora descansan en paz, sin dolor, sin angustias, que sus penas han dejado de lastimar y es por que Cristo nos ha enseñado que la vida apenas va a comenzar y nosotros tenemos esa gran fe y la confianza de que así es. Nuestra vida comienza con la muerte.

Nos encontramos escuchando que debemos seguir el ejemplo de Jesús en la cruz, para pedirle perdón al Padre y poder seguir el camino que nos corresponde vivir. Seguir el ejemplo de Jesús cuando nos deja a Su madre, como madre de la humanidad y nos convertimos en Sus hermanos para tratarnos con cariño, con respeto y con

amor unos a los otros, para compartir la paz y saber que al final del camino vamos a ser juzgados por el amor que dimos, por las obras de caridad que tuvimos, por las veces que servimos a los demás con alegría; y nos llena el consuelo de sabernos dignos del Reino de Dios.

Vamos llenando el corazón de esperanza para saber que todo lo que Dios pone en nosotros tiene una solución, que nunca nos manda una carga que no podemos cargar, que su misericordia esta viva, presente y que en la oración vamos a encontrar la fe que nos prepara para reunirnos con Él y con los que han partido antes de nosotros.

Propósito de hoy: Recordar que Jesús es el camino, la verdad y la vida y que junto a Él nada nos falta.