19 DE NOVIEMBRE: NO ESCONDO NADA.

Mateo 25, 14-15, 19-21 “A uno le dio 5 talentos, a otro 2 y a un tercero 1, según la capacidad de cada uno, y luego se fue.”

Los talentos que Dios nos da a cada uno de nosotros son maravillosos. Este Evangelio de Mateo, narra cómo el amo: que es Jesús, le entrega a sus siervos: que somos nosotros, diferente cantidad de talentos: que son los dones, a cada uno según nuestras capacidades, de acuerdo a donde Él sabe que podemos sentir su gracia.

Voy a empezar por los talentos, los dones, las gracias que Dios pone en nosotros y que se multiplican según nuestra fe, ¡Claro! Mas fe, mas talentos; tales como la misericordia, la bondad, la sencillez, el perdón, y todas esas cualidades que nos caracterizan y que nos son dadas para compartir con quienes vivimos, es la manera en que con humildad servimos al más débil, al que tiene menos, al que necesita ayuda de cualquier tipo, moral, espiritual, económica.

Al que le dio 5 talentos los derrochó con su familia y amigos, les compartió esa alegría de vivir, la esperanza, el amor y Jesús lo compensó con más. Al que le dio 2 talentos tal vez la virtud, la humildad y la compasión, en la medida de sus capacidades también los duplicó, llenando a su gente con ellos y usándolos de la mejor manera que pudo y también fue gratificado con más dones y talentos. Y está al que le dio solo 1 y que no fue capaz ni siquiera de compartir ese don con alguna persona, que bien pudo haber sido la gracia del amor. ¿Por qué sería? Tal vez tuvo miedo, pero ¿A qué? ¿A perderlo todo y no poder dar cuentas?, ¿Miedo a ser feliz con ese único talento que tenía? O simplemente…se sentó a ver pasar la vida delante de él sin ser parte de su propia existencia.

¿En qué lugar estás tú?

¡Dios nos ha llenado de talentos para compartirlos con los demás!, para solucionar problemas, para ayudar a los demás y en el servicio que humildemente damos, logremos comprender que Él está siempre a nuestro lado y que por medio de la oración hagamos crecer nuestra fe para seguir recibiéndolos y multiplicarlos con la gracia de Su amor.

Propósito de hoy: No esconder mis dones y virtudes, simplemente compartiros humildemente con los demás.