16 DE NOVIEMBRE: ESTOY PREPARADO.

Lucas 17, 20-25 “¿Cuándo llegará el Reino de Dios?”

¡Ya está aquí! ¡En nuestro corazón!

Alegrémonos porque El Reino de Dios somos nosotros y está en nosotros. Pero, ¿Cómo, en dónde, de que manera? Dios es amor y cuando estamos preparados para el amor de Dios, es cuando el Reino de Dios está en nosotros. ¡Qué bendición, qué alegría, que gracia!

En el quehacer diario en la casa, en la escuela, en el trabajo, en ese día de descanso nos motivamos a compartir con nuestra familia o amigos, lo mejor de nosotros. Tenemos conversaciones interesantes, jugamos, pasamos un buen día procurando la paz, ayudando a la abuelita o al hijo enfermo, sirviendo con alegría a nuestros invitados, orando antes de los alimentos. Cuando hacemos lo que nos corresponde con amor, estamos dando testimonio del Reino de Dios, de que nos creemos hijos de Dios, de que compartimos nuestras bendiciones con aquellos a quienes amamos. No es necesario que gritemos que somos hijos de Dios, no; es nuestra manera de ser en la humildad de nuestro corazón, la que hablará por nosotros.

Todos somos llamados a ser santos ¿Lo sabes? Bueno, si no lo sabes te lo digo ahora y quiere decir que cuando hacemos las cosas correctamente, en la verdad de Dios, con honestidad y lo que nos corresponde, entonces estamos en camino a la santidad. Si eres un estudiante que se esfuerza por hacer sus tareas y su trabajo está en ese camino; si eres un padre de familia que es responsable en las cosas de su familia y se entrega con amor también va en ese camino; cualquier cosa que hagas, si lo haces con todo lo que hay en ti, en el amor y la verdad de Dios, vas sembrado una semilla fértil que va a dar un fruto abundante que te dirige hacia ese gran camino de santidad.

Un santo no es alguien perfecto, sino que es alguien que dedicó todo su esfuerzo y entusiasmo para ser parte del Reino de Dios y, por su conducta y servicio a otros,  llega a ese reino, santificado.

Propósito de hoy: Recordar que es en el amor de Dios, que reflejo ser parte del Reino de Dios.