15 DE NOVIEMBRE: SOY ÉSE UNO.

Lucas 17, 11-19 “Levántate y vete, tu fe te ha salvado”

¡Qué hermoso Evangelio! Porque nos habla de amor.

Todos sabemos que la fe la debemos cultivar, pedirle a Dios que nos de esa gracia y una vez que crecemos en nuestra fe, estamos listos para imitar a Jesús y ayudar a los demás con ese gran amor que llena nuestro corazón. Esas palabras “tu fe te ha salvado” son la clave para desatar nuestros problemas y entregárselos a Dios, que en su amor nos va a liberar de cualquier dolor o enfermedad; como en este caso que sanó leprosos.

Es muy inquietante ver que de 10 personas que sanó Jesús, solo una se regresó lleno de júbilo a darle las gracias, a decirle que creía en Él y su palabra de vida eterna. Pero ¿Qué pasó con los otro nueve? Seguramente estaban también felices pero olvidaron que el agradecimiento es una actitud muy importante en nuestra vida. ¿Cómo estamos nosotros en esa área? ¿Sabemos agradecer a Dios por el milagro de la vida, por despertar cada mañana, por curar nuestras heridas y ayudarnos a ser más fuertes cuando estamos en momentos de tormenta?

La fe mueve montañas y también mueve corazones, que en el agradecimiento demuestran qué tan grande es esa fe. Muchas veces nos encontramos tristes, o con la moral por los suelos y tal vez es porque lo que nos falta es dejar de pensar en nosotros mismos y tomar conciencia de lo que nos rodea, de las personas que sufren o que necesitan una voz amable que les escuche, o un abrigo caliente para el frío, o algo para comer. Nos cerramos tanto en nuestras necesidades que nos convertimos en personas tristes cuando no tenemos eso que creemos nos va a hacer feliz. Y estamos algo confundidos porque, la felicidad es algo personal y cuando hacemos algo por alguien alimentaos esa felicidad, no porque recibimos, sino porque pudimos dar algo de nosotros mismos a los demás y se llena el corazón de amor, del amor de Dios.

Jesús, en la cruz, nos enseña que todos somos hermanos, que tenemos la capacidad de perdonar y de amar por medio de la fe, que es la que nos salva.

Propósito de hoy: Te pido Padre que alimentes mi fe, para poder ser más como tu en el servicio y el perdón.