14 DE NOVIEMBRE: SOY LO QUE SOY.

Lucas 17, 7.10 “No somos mas que siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer”.

“Soy lo que soy ahí donde estoy”, nos decía siempre nuestro obispo, ser toda nuestra esencia, lo que fuimos llamados a ser, ahí en el lugar donde nos encontramos; puede que estemos en casa, en la escuela en el trabajo; pero siempre ser quien somos, sin aparentar lo que no somos.

Este Evangelio de Lucas es muy bonito, porque nos recuerda la humildad del servicio que damos a los demás. Llegan los empleados de un largo día de trabajo y el amo les invita a comer, los atiende y claro, ellos se sorprenden, “no somos más que siervos” le dicen. ¿Cuántas veces hemos sorprendido a alguien al atenderlo, o al ofrecerle nuestra ayuda? Quiero pensar que ¡muchas!. Porque es en el servicio a los demás que reconocemos nuestra fe cristiana, es en la humildad de nuestro corazón que sentimos una alegría cuando somos útiles, porque sabemos hacer las cosas y las hacemos con gusto; vamos a ser valorados por lo que damos, por quienes somos y no por quedarnos sentados sin hacer algo por los demás.

En nuestro quehacer cotidiano se nos presentan más de una oportunidad para hacer el bien. Pongamos atención el día de hoy y si quieren anoten en un cuadernito cuántas veces tuvimos la oportunidad de ayudar a alguien, tal vez a nuestros padres, o hermanos, o a  un desconocido en la calle, o en el supermercado. Y al final del día veamos de que manera pudimos ser nosotros mismos en el servicio, como ejemplo de gracia y de testimonio de Jesucristo quién fue el que más sirvió a los demás, el que entregó su vida por nosotros y a quién debemos querer imitar cada vez más.

Siempre debemos tener presente que la fe sin caridad y servicio, no nos representa como hijos de Dios. Y recordar que la humildad es la gracia que más vale, porque la humildad nos hace grandes, nos permite ver más allá de nosotros mismos, deja fuera la actitud egocéntrica que muchas veces nos caracteriza; y nos permite hacer lo que corresponde en el servicio a los demás, convirtiéndonos en imagen de Jesucristo nuestro hermano y amigo, el Hijo de Dios, ejemplo de virtud y gracia.

Ser quien somos cuando vivimos en amor nos va a permitir servir  los demás con humildad y alegría.

Propósito de hoy: Quiero ser testimonio de Jesucristo en el servicio a los demás.