10 DE NOVIEMBRE: ¿QUIÉN SOY EN REALIDAD?

Lucas 16, 1-8 “¿Es cierto lo que me han dicho de ti?”

El Evangelio de Lucas relata una historia de traición y de avaricia, donde un empleado abusa de su dueño de una manera tan astuta que hasta el dueño se sorprende; sin embargo no deja de robarle hasta el día en que es despedido.

Qué importante es nuestro honor. Aun si quién nos debe de juzgar es solamente Dios, somos reconocidos por nuestra palabra o aborrecidos por nuestra deshonra. Un ejemplo que me gusta citar muy sencillo y que hemos cometido por lo menos una vez, es cuando suena el teléfono y le decimos a quien va a contestar “dile que no estoy”. ¿Te suena familiar? Y lo que estamos haciendo es enseñarle a quien contesta, que por lo general son los hijos, a mentir. Sutilmente lo inducimos a mentir sin que parezca algo malo. Y ¡Por ahí se empieza! Por las mentiras piadosas que no dejan de ser mentiras y que nos acompañan siempre.

Muchas personas recuerdan a Santa Teresa de Calcuta como una mujer arrogante y prepotente, y a mi forma de ver las cosas, ella solo luchaba por los más débiles, alzaba su voz para ser escuchada, fue muy valiente y se agarraba de su fe, confiaba en Dios, en su fortaleza y en el poder que le daba para ayudar a los demás, con la palabra de Dios. Si, es cierto lo que dicen de ella, fue una mujer valerosa.

Al final del día tal vez no importa lo que dicen de nosotros cuando nosotros tenemos una verdad que nos mueve, nadie más que Dios sabe quien somos en realidad y es Él, en su promesa de vida eterna, que nos da la fortaleza que necesitamos para seguir su doctrina, para hacer las cosas bien, para no robar ni maltratar, ni presumir si somos o no somos lo que la gente dice de nosotros. Sí es importante que dejemos huella y que cuando se refieran a nosotros sea porque hicimos algo por los demás, porque fuimos amigos sinceros, porque dimos nuestro tiempo a  Dios, por medio del servicio a quien lo necesitaba.

Cuando nos cuestionen ¿Es cierto lo que dicen de ti?, Podamos sonreír y decir con alegría y sin miedo: “si, eso que dicen de mi, es verdad”.

Propósito de hoy: Actuar por amor y sentir la fuerza de Dios en mis acciones.