Lucas 14, 1-6 “¿Está permitido curar en sábado o no?”
¿Qué tan dispuestos estamos a ser flexibles en nuestras convicciones? En este pasaje bíblico, Jesús sana a un enfermo en sábado y lo hace enfrente de los fariseos y los escribas que siempre estaban esperando a que Jesús cometiera errores para tener un motivo y mandarlo preso. Al final del camino de gracia de Jesús, terminó siendo crucificado.
Jesús nos habla siempre del amor, de la compasión, del deseo de bienestar y nos enseña la manera en que todos podemos coexistir ayudándonos unos a otros. El problema que vivimos hasta el día de hoy, es que no sabemos respetar las ideologías que no van de acuerdo con la nuestra y eso solo crea división, guerras, envidias y coraje ante la impotencia de no poder controlar a los demás.
Si nuestra abuela, o nuestro padre, o algún amigo, tiene un problema de salud, digamos que de repente le está dando un ataque al corazón en día sábado ¿Nos vamos a quedar viendo como muere, ahí frente nosotros, en lugar de ayudarlo porque es sábado? ¿Cuál sería tu reacción? Quiero pensar que todo aquel que observa el sábado por ley, no va a dejar que muera frente de él, esa persona, solo porque es sábado. En estas acciones Jesús, nos quiere enseñar que la compasión y el amor van por sobre cualquier ley. Quiere que seamos sensibles ante lo importante y que no vivamos como con una venda en los ojos. Y esto se aplica a hacer el bien, a querer ayudar a quién lo necesita no solo cuando queramos sino cundo es necesario y a perdonar.
Dios nos invita a que alcancemos un lugar junto a Él, por medio de las obras de caridad que podemos realizar en el entorno en que nos movemos. “Ser lo que soy, ahí donde estoy” y sentirnos que vale la pena dejar atrás las riñas y los malentendidos por medio del perdón, tanto el que pedimos como el que damos. Es por medio de la oración que llegamos a este estado de gracia, donde le damos el valor que merece al amor de Jesús en nuestro corazón sanando heridas en el momento oportuno, aun si es sábado.
Propósito de hoy: Recordar que pedir perdón a quien hemos lastimado no tiene ni hora, ni día, lo importante es acercarnos a esa persona y decirle cuánto lo sentimos