23 DE OCTUBRE: MI POBREZA ESPIRITUAL.

Lucas 12, 13-21 “Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea”

Está bien poseer bienes, sin embargo hay algunos bienes que atan. ¿Tu estás atado a tus bienes? ¿Tienes cosas que dices que te morirías si no las tuvieras? ¿Sientes que algo falta en tu vida si pierdes algo que compraste? Todo lo material que no utilizamos para el bien de los demás, es un bien que nos ata, que nos esclaviza, que no nos permite ver más allá y que muchas veces nos aleja de Dios.

Vivimos en un mundo donde somos valorados por el auto que conducimos, por la ropa que usamos, por el celular que traemos ¿Verdad? Cuántas veces me topé con personas que tenían un auto excesivamente caro para sus posibilidades y que al preguntarles cómo le hacían para pagarlo, la triste respuesta era que trabajaban 4 para poder pagarlo, pero que así podían presumirle a los demás lo bien que les estaba yendo; para ellos su valor personal se los daba ese auto de lujo. Es para partirnos el corazón, que creamos que una cosa nos da valor. O cuando tenemos el último modelo del celular y vemos al que tiene uno mucho mas viejo como si fuera alguien que no tiene con qué comprarse otro. Y así podría enumerar otras cuantas historias de pobreza espiritual ¿En cuál caso te identificas más?

Hoy día un persona sencilla es vista con mala cara, que “mira como viene vestida”, “mira que carcacha trae”, y muchas veces es por que preferimos usar nuestros bienes de otra manera, darle sentido a lo que tenemos y enfocarnos en nuestra relación con los demás, en tratar cada día de ser mejores personas, ayudando a los demás, sirviendo al que necesita de nuestra ayuda, acercándonos más a Dios y aprendiendo a ser como Jesús: bondadosos, misericordiosos, pacientes, llenos de amor y procurando la paz a nuestro alrededor.

Todos deberíamos reconocernos unos a otros por esta clase de bienes, por que sabemos entregarnos y dar testimonio del amor de Jesús en la cruz.

Son los bienes del alma los que tiene un valor que solo Dios sabe recompensar.

Propósito de hoy: Darme cuenta dónde está mi riqueza y de que manera quiero ser recordado: ¿por mi compasión o por presumir un auto de lujo?