17 DE OCTUBRE: ME UNO EN ORACIÓN POR LA PAZ.

Lucas 11, 37-1 “En cambio, el interior de ustedes, está lleno de robos y maldad”

Los fariseos estaban criticando o más bien juzgando a Jesús, por no lavarse las manos ceremoniosamente antes de sentarse con ellos a comer, a lo que Él les responde que ellos están llenos de maldad aún lavándose las manos, diciéndoles algo así como que: de qué les sirve hacer las cosas si solo lo hacen para que los demás los vean y no por convicción.

Y a veces nosotros cuidamos mucho nuestra apariencia, de qué va a pensar de nosotros la gente y nos olvidamos que lo más importante es nuestro interior, el cómo vivimos y tratamos a los demás; en el servicio que damos y ayudamos cuando tenemos la posibilidad de hacer cosas buenas para el bien común. Olvidamos que son nuestras acciones por las que vamos a ser juzgados para bien o para no tan bien; lo que tenemos en nuestro corazón, la bondad y la compasión que sentimos, la empatía hacia el dolor o el sufrimiento del otro. ¡Eso es lo que importa! Nuestro interior ¿Qué tanto nos preocupamos de que nuestra casa interna esté saludable, limpia de hipocresías y de odios?

La vida nos da oportunidades para ser personas de bien, pone frente a nosotros situaciones donde podemos decidir si lo que buscamos es tener poder o ser superior a otros, si vamos a dejarnos influenciar por aquel que vive odiando a los demás, por el que juzga y lastima en lugar de alzar la voz en defensa del bien, donde sobresalgan nuestras virtudes y dones que nos identifiquen como fiel testimonio del amor de Dios. El ser humano fue creado para hacer el bien y el demonio se la pasa tentándonos porque sabe que somos muy propensos a elegir el mal sobre el bien. Pero, estamos a tiempo de hacer algo, de despertar, de alcanzar la misericordia de Dios pidiéndole que nos haga conocer el bien por medio de su palabra, de la oración, de ver en el rostro de Jesús el perdón y la compasión.

Seamos personas de bien, invitemos a los demás a caminar de la mano en amistad respetando nuestras ideologías culturales, religiosas, sociales y propiciando la paz entre las naciones por medio de la oración y el perdón.

Propósito de hoy: Este día me uno con el mundo para orar por la paz, para asistir a misa y pedir perdón; me uno a rezarle a nuestra Madre para que nos escuche en el rezo del Rosario y que interceda por la paz mundial; y hoy me hago humilde ante ti Señor para que nos ayudes a terminar las guerras y el odio entre los pueblos para poder vivir en paz unos con otros.