12 DE OCTUBRE: TÚ ME RESPONDES SIEMPRE.

Lucas 11, 5-13 “Quien pide, recibe; quien busca, encuentra y al que toca, se le abre”

¡Dios siempre está ahí! ¿Lo has visto? Cuando le pides algo ¡Ahí está!, cuando lo buscas ¡ahí está! Y cuando tocas también ¡ahí está! Si no logras verlo, busca en tu corazón. Deténte un poco, haz un alto y mira a tu alrededor y en cada cosa, en cada emoción, en cada momento de tu vida, en cada instante, en cada suspiro ¡ahí está Dios!

Y si seguimos sin verlo, es porque no queremos verlo. Es más fácil darnos la vuelta cuando creemos que Dios nos ignora, cuando no acude a nuestra súplica al instante, pero hay que preguntarnos ¿Cuánto tiempo nos toma a nosotros seguir una instrucción? ¿Desde cuándo nos aprendimos los mandamientos, el Padre Nuestro, el Credo donde le decimos a Dios que creemos en Él¿ y aun a estas alturas no podemos hacer caso, no nos entra el concepto de Dios. Él sabe muy bien en qué momento debe acudir a nuestra petición y ¿sabes cuándo es ese momento? Es cuando necesitamos la respuesta, no es cuando nosotros pensamos, sólo Dios sabe lo que es bueno para cada uno de sus hijos y como padre amoroso siempre está ahí para consolarnos y sanar nuestras heridas.

La vida está llena de caminos que hay que elegir, si confiamos en alguien que nos falla una y otra vez, tal vez estamos poniendo nuestro cariño y esperanza en alguien que no vale la pena para nuestra vida y eso no quiere decir que la persona no vale la pena, sino que simplemente no cumple los requisitos de lo que nosotros necesitamos y está bien dejar de confiar y buscar por otro lado. Eso lo debemos pensar cuando alguien nos busca para poder abrir la puerta de nuestro corazón con alegría pensando de qué manera podemos ser útiles y ayudar a quien nos pide ayuda. El que nunca falla es Dios y la manera en que nos vamos a acercar a Él, es buscándolo en la oración, acercándonos más a vivir se palabra de vida eterna, que siempre está vigente, es actual, es eterna.

Encontrar a Dios, es sincerar nuestro corazón al encuentro amoroso con Jesús en la oración, porque Él es el camino, la verdad y la vida.

Propósito de hoy: Entender que es por medio de Dios, que voy a encontrar la paz que necesita mi corazón.