4 DE SEPTIEMBRE: SIENTO TU ESPÍRITU DE AMOR.

Lucas 4, 16-30 “El Espíritu del Señor, está sobre mí”

El Espíritu de Dios está está en este lugar, dice la canción y está sobre mí, dice el Evangelio de Lucas y al decirlo somos conscientes de que estamos llenos de Dios. Somos parte de su obra, nos creó con amor y nos acompaña en todo lo que hacemos.

Y tú ¿Sientes que el Espíritu de Dios está contigo?

Hay muchas maneras de vivir a Dios, de sentirlo, de sabernos parte de su gracia. Por ejemplo la oración nos permite conocerlo más y saber pedirle que nos proteja y nos llene de fe; al asistir a misa y comulgar recibimos el cuerpo y la sangre de Jesucristo que se convierten en alimento diario, en nuestro motor; el servicio a los demás hace crecer nuestra humildad y dejar el egoísmo fuera de nuestra vida ya que ponemos al otro antes que a nosotros. Sentimos a Dios en la caridad y en la bondad, en la manera en que tratamos y amamos a los que nos rodean, al darnos el tiempo para escuchar y conversar con nuestro hermano y también nos reconocemos como parte de su gran obra de amor cuando aprendemos a perdonar, cuando buscamos la reconciliación y cuando procuramos ser testimonios de la palabra de Dios, verdad y vida.

Sentirnos bendecidos, amados y protegidos por Dios reconociendo su obra en nosotros nos ayuda a creer más en Él, a sentir nostalgia cuando caminamos en dirección opuesta a su verdad, y a querer sentirnos testimonio de que nosotros, que estamos llenos de Su Espíritu estamos dotados de dones y virtudes que están listas para actuar en nuestro corazón.

Acerquémonos más a Dios, démosle la oportunidad de ser parte de nuestra vida,  Él está esperándonos para caminar juntos. No tengamos miedo, que nuestra fe nos fortalezca transformando nuestra manera de ver las cosas para poder verlas de la manera que Jesucristo las ve.

Seamos verdad y esperanza, procuremos la paz porque el espíritu que vive en nosotros quiere ser reconocido, quiere que nos demos cuenta que existe, quiere que lo sintamos en lo más profundo de nuestro corazón para dar testimonio de que creemos en el amor incondicional de Dios.

Propósito de hoy: Quiero llenarme del Espíritu de Dios. Padre, aumenta mi fe.