31 DE AGOSTO: PREPARADO PARA SER TU VERDAD.

Mateo 24, 42-51 “Velen y estén preparados”

¿Qué es estar preparado? En este caso el Evangelio nos habla de estar preparados para la llagada del Hijo del hombre, el Hijo de Dios. Y en nuestra vida ¿Cuál es el significado?

Cuando estamos en la escuela nos preparamos con mucho estudio y mucha fe para pasar un examen aunque sea con 8, cuando vamos a solicitar un trabajo, preparamos nuestros documentos y nuestra apariencia para ir a esa entrevista que nos va a ayudar a salir adelante, cuando vamos a salir en una cita con alguien tal vez compramos un vestido o una corbata, limpiamos los zapatos arreglamos nuestras uñas en preparación para vernos bien y caerle bien a la otra persona. Y ¿cuando es momento de ir a la iglesia? ¡también nos preparamos! claro, queremos lucir guapos para Dios y para las personas que vamos a saludar como cada domingo.

Estar preparados es estar dispuestos a algo y qué mejor que en nuestros pensamientos siempre quisiéramos estar dispuestos a Dios. A recibirlo en nuestro corazón, a sentirlo presente a cada paso que damos, en cada decisión que tomamos y principalmente, estar preparados para que sea Él quién guíe los pasos a seguir para ese examen, o esa cita de trabajo, o de amor y que le demos a Dios su lugar en la vida que hemos decidido seguir.

La valentía de ser fuertes y de querer hacer las cosas bien, como ayudar a los demás y sentir que nuestra vida está teniendo sentido, como reconocer en los demás el rostro de Dios, nos debe dar un propósito. Velar es tener un corazón puro donde reine el amor y aunque suene muy difícil, si tan solo intentamos poner atención en cómo tratamos a los demás, en cómo nos preparamos para conocer a Jesucristo y seguir sus mandamientos que son palabra de vida eterna, ya vamos por el camino que Dios diseñó para ti y para mi.

Prepararnos a la verdad, seguir el camino con bondad, fuera de odios y envidias para que cuando alguien nos recuerde lo haga con una sonrisa porque fuimos testimonio del amor de Dios en su camino.

Propósito de hoy: Preparo mi corazón para tu llegada y que puedas reconocerme como tu hijo amado.