25 DE AGOSTO: TE AMO CADA VEZ MÁS.

Mateo 22, 34-40 “¿Cuál es el mandamiento más grande de la ley?”

Los Mandamientos  de la ley de Dios son importantes para llevar una vida tranquila, en paz, que nos enseñan a vivir con intensidad nuestros sentimientos sin obstruir  la vida de los demás.

Hay ocho mandamientos que nos ayudan a seguir el camino del bien: no matarás, no robarás, no desearas lo que no es tuyo, respetarás a tus padres, no dirás el nombre de Dios en vano sin sentido, no hablarás mal de los demás y no tendrás pensamientos impuros,  y a éstos se le suman dos más que son los de mayor importancia “amarás a Dios por sobre todas las cosas” y “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Los dos mandamientos más grandes nos hablan del amor. De ese amor incondicional que recibimos de Dios nuestro señor y nos invita a que seamos fieles testimonios de su amor. Hacer las cosas con alegría, ayudar y servir a los demás con humildad, sentir empatía por el dolor ajeno y entregarnos a las acciones que nos conducen al bienestar general, reflejan el amor que sentimos hacia Dios. Es aquel que aprendemos por medio de la oración, en la lectura bíblica, en el rezo del rosario, en la misa y lo reflejamos en las acciones que tenemos, en nuestra actitud, en el comportamiento con que conducimos nuestra vida. Porque, como nos dice el apóstol  Juan “Quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve”.

Una persona que humilla y maltrata a alguien, que es grosero con sus padres porque no los entiende, aquel que odia y se venga, que tiene envidia y resentimiento, no puede amar a Dios, ya que para eso, debe sentir su presencia en la persona del prójimo. Si tienes un conflicto con tu hermano, ve primero a hacer las paces con él, antes de venir a mi casa, eso nos dice Jesús y nos pide que aprendamos a pedir perdón y a perdonar permitiéndonos así vivir en armonía unos con otros.

Propósito de hoy: Dejar fuera de nuestra vida los sentimientos negativos y entender que el amor de Dios es lo más importante en nuestro camino de fe.