15 DE AGOSTO: DIOS NOS BENDICE.

Lucas 1, 39-56 “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre”

¡Cuánto amor hay en estas palabras de Isabel a María, la Madre del Hijo de Dios! Las recordamos en este día de la solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María. María Madre de Dios que subió al cielo con su hijo amado después de verlo morir en la cruz y tomarlo entre sus brazos.

María Madre de amor. “¿No estoy aquí que soy tu madre?”

Qué tan bendecidas las madres que han dado a luz a una criatura inocente; y qué tan importante es el amor para poder imitar a María en el hermoso trabajo de enseñarles la palabra de Dios, el camino a seguir con la verdad de Dios en sus corazones. Las madres y los padres, también tenemos la bendición de nuestro señor y estamos acompañados, al igual que Jesús, por nuestra madre María que nos protege, para inculcarle a nuestros hijos los valores morales que nos hacen personas dignas y de corazón amoroso.

Los padres, ya sea madre natural, o padre por adopción, somos la imagen de Dios en el amor y estamos llenos de bendiciones como la Virgen María. Cada uno fuimos elegidos por Dios para lo que va a ser nuestra vida, a María le dio la Gracia para ser la Madre de Jesucristo, tal vez a ti o a mi, nos eligió para ser la madre de un futbolista, o el padre de un santo, o padres de la muchacha de la limpieza y al igual que María todos debemos de estar junto a nuestros hijos; siempre al lado de ellos. No importa si ellos se perdieron en el camino y cayeron fondo en los vicios, siguen siendo nuestros hijos y como padres tenemos que amarlos y protegerlos, si ellos se dejan proteger.

Debemos seguir el ejemplo de María, como testimonio de virtud, que amó y respetó a su hijo hasta el final, y ver la bendición de Dios en todo lo que hacemos y darnos cuenta que nunca es tarde para la reconciliación; así que, hay que darnos prisa a pedir perdón y a perdonar a nuestros hijos amados.

Propósito de hoy: Quiero abrazar a mis hijos y pedirles perdón si les he fallado.