23 DE JULIO: SIEMBRO TU AMOR.

Mateo 13,  24-43 “¿De dónde pues, salió esta cizaña?”

La cizaña representa al mal, a la manzana podrida que contamina a las demás en un abrir y cerrar de ojos. La cizaña es la hierva mala que quiere confundirse con el trigo para hacer daño, como el lobo vestido de cordero, que habla bonito pero su intención es comerse al cordero. La cizaña que es como el  demonio, con sus palabras suaves disfrazado de buen hombre que invita a quién tiene débil sus convicciones, a caer en la tentación de los vicios como la droga, las apuestas, el alcohol y la promiscuidad, por mencionar algunas.

Y ¿de donde sale esta cizaña que nos hace tanto daño? ¿Será que sale de la falta de amor hacia Dios en los corazones, o del cariño jamás recibido, o del ver cómo las familias se desintegran por el poder, o por los celos, o por la falta de bondad y caridad entre unos y otros? La primera escuela de la moral, por lo general se vive en casa, donde fuimos criados por nuestros padres, o hermanos, o abuelos, o tíos; es ahí donde, empezando con el ejemplo, se aprende de valores y conductas que van a definir nuestra personalidad. Sin embargo, aún que nuestra formación haya sido con el amor de Dios, como humanos somos muy propicios a fallar, a imitar conductas buenas y malas que nos llevan por dos caminos: hacia hacer las cosas por el bien común o hacia preocuparnos exclusivamente por nosotros mismos sin importar lastimar a otros.

¿Sembramos para obtener bondad, caridad, amistad, amor; o sembramos para cosechar dolor, odio, violencia, intriga, control, poder? ¿Queremos llevar lo mejor de nosotros de manera compasiva, bondadosa, amable, paciente; o queremos que nuestros impulsos incontrolados nos alejen de las personas que nos aman? Este es un buen tema de análisis personal, que nos puede lleva a entender mejor de dónde sale esa cizaña que vamos sembrando en el camino, al igual que a entender que todos tenemos la oportunidad de empezar a sembrar amor en nuestro corazón para así, poder cosechar armonía, paciencia, amor y el deseo de hacer las cosas para que los demás tengan a Dios en sus vidas y así juntos contribuir al bienestar familiar y social.

Propósito de hoy: Hacer todo por alejar la cizaña de nuestro corazón para sembrar semilla próspera y poder ser portadores de frutos buenos.