16 DE JULIO: YO SOY EL SEMBRADOR.

Mateo 13, 1-23 “Salió el sembrador a sembrar.”

¡Tú eres el sembrador!

Pensarás que el sembrador está en el campo, o que el sembrador es Jesucristo y sí, tienes razón; pero, a que nunca has pensado que ¡tú también eres un sembrador!

Cada cosa que haces, cada acción que realizas, cada decisión y cada palabra que dices es semilla que plantas durante el transcurso de tu vida. Pongámonos a pensar lo que hemos hecho hasta el día de hoy en nuestro camino. Hoy que me levanté ¿Fue de buen humor, saludé a mi familia, le di gracias a Dios por un día mas? En tu trabajo ¿ Lo hiciste bien y con honestidad sin burlar las reglas? En tu  escuela o con tus amigos ¿Te aprovechaste de alguien o fuiste amable y atento en todo momento?

La respuesta a estas preguntas y puedes cuestionarte muchas más, es lo que sembraste hoy. ¿Y, qué fue? ¿Fuiste agradecido, trabajaste con alegría, ayudaste a los demás con una sonrisa? Si, que bien si tienes respuestas positivas, eso es lo que quiere Dios en tu cosecha: bondad, sinceridad, verdad, justicia, compasión, misericordia por mencionar algunas; porque es así como los demás se van a acordar de ti. Pero, que pasa ¿si te levantaste enojado con el mundo, o le quitaste la idea a tu compañero de trabajo para ser tu el protagonista principal de tu mentira, o si trataste con grosería a quienes estaban contigo? Piensa en lo triste que es tu vida, si pasas por el camino humillando, odiando, pisoteando y burlándote de los demás, ¿Qué estas sembrando y cuál va a ser tu cosecha?

“El que tenga oídos, que oiga”, lo dice Jesús. Así que vamos cargando el costal con semillas que den un buen fruto, ese del amor y la comprensión, de la tolerancia y la paciencia y que cuando volteemos hacia atrás nos llenemos de alegría al ver un paisaje digno, lleno de esperanza, de paz y de amor.

Propósito de hoy: Ver el surco de mi vida y darme cuenta que clase de sembrador soy.