11 DE JULIO: SEMBRANDO AMOR.

Mateo 9, 32-38 “La cosecha es mucha y los trabajadores pocos”

Es verdad que la mayoría de nosotros vivimos en la ciudad y hablar de cosecha tal vez, parezca como un tema que no va dirigidos a nosotros, sin embargo nosotros somos los sembradores de nuestra historia, somos los que vamos a cosechar durante nuestra vida y todo el fruto, bueno o malo va a depender de cómo tratamos esa siembra del camino que surcamos nosotros mismos por medio de nuestras decisiones.

Cuando Jesús dice que los trabajadores son pocos, imagino a que se refiere a la pequeña cantidad de seres humanos que a través de la historia preferimos elegir su camino. Pero ¿Cómo es eso? Creer en la Palabra de Dios para muchas personas es algo totalmente fuera de su alcance, ya sea porque no creen en la existencia de Dios, o porque se creen pecadores sin perdón, o simplemente por que es muy difícil.

Entonces, ahí es cuando entra la fe. Y la fe nos ayuda a sembrar teniendo como semilla principal esa Palabra de Vida Eterna.

Es ahí porque dice Jesús que son pocos los trabajadores. Los mandamientos que nos han enseñado desde que estamos chicos, no a todos, lo sé, pero tal vez si a la mayoría de los cristianos, son unas reglas de vida que nos ayudan a una formación digna y a saber qué es bueno y qué no para nuestra siembra. No matarás, no robarás, no desearás lo que no es tuyo, y de los más difíciles, tal vez, está el amar a los demás como te amas a ti. Hay que empezar a cuantificar qué tanto nos amamos y de que manera vamos a poder amar al que me lastimó o me traicionó, o me engañó. Y de que manera voy a aprender a pedirle perdón a los que yo mismo lastimé y herí, o robé o defraudé.

El principal elemento para ser un buen trabajador de esa tierra que vamos sembrando y de la que queremos obtener buenos frutos se llama amor y es el amor el que nos lleva al perdón y ahí es donde tenemos buena cosecha porque nos va acercando más a Dios.

Propósito de hoy: Detenerme a pensar qué estoy sembrando en mi camino.