Mateo 9, 14-17 “¿Por qué tus discípulos no ayunan?”
Muchas personas creen que el ayuno se realiza para bajar de peso ¿Verdad? Y no, el ayuno es tan hermoso y se puede hacer de tantas maneras, porque es un encuentro personal con Dios.
Pero ¿Cómo es eso? Bueno, pues ayunar significa abstención. Y abstenerse es “dejar de hacer”. Cuando estamos frente a los pecados capitales, que son 7 y que caracterizan al ser humano, debemos contenernos ante la tentación de llevarlos a cabo para no quitarle valor a nuestra conducta, a nuestra dignidad.
La ira, la gula, la soberbia, la lujuria, la pereza, la avaricia y la envidia nos rodean en nuestro caminar diario, cuando nos enojamos o comemos de más porque vemos comida, cuando nos consideramos mejor que otros, o tenemos descontrol sexual de acción y de pensamiento, cuando no nos mueve ni el sol, o cuando lo queremos todo y no estamos dispuestos a compartir y cuando queremos aquello que vemos en los demás para nosotros solamente. Todas estas actitudes conforman nuestra vida, son las que nos impulsa a actuar y muchas veces nos controlan. Recordemos que en la verdad de Jesucristo fuimos concebidos libres y nada debe ejercer un control sobre la manera en que nos comportamos ante Dios y ante los demás.
El ayuno es dejar de hacer lo que nos hace daño, aún cuando nuestra naturaleza humana se incline al mal, porque al no abstenernos de éstas conductas le damos origen a muchos otros pecados más, que con el tiempo se convierten en costumbre, tal que dejamos de ser conscientes de ellos. ¡Qué difícil! ¿Verdad? Eso pareciera, pero en realidad no lo es, solo debemos darnos cuenta que estos sentimientos y emociones nacen por alguna carencia que tuvimos en la vida, del abrazo de mamá, de la escasees de alimento, de la falta de disciplina, de la carencia de valores morales en nuestra educación. El ayuno nos ayuda a tener un encuentro con Dios y en ese encuentro reconocemos que somos débiles y le pedimos que nos ilumine con su Espíritu Santo para que la respuesta ante las tentaciones sea firme para nuestro beneficio y el de los demás; le pedimos a Dios que nos guíe con su Palabra de vida eterna para salir adelante y llevar un ayuno de violencia contra los demás, contra nuestro bienestar y contra Dios mismo.
Propósito de hoy: Unirme en oracion para librarme de las tentaciones que me llevan a conductas agresivas e indignas.