26 DE JUNIO: VIVIENDO CON RESPETO.

Mateo 7, 1-5 “Así como juzguen, los juzgarán”

Hoy día es muy complicado esto de juzgar, porque dar una opinión sobre algo no es lo mismo que juzgar, sin embargo para muchas personas el hecho de que des tu opinión sobre algún tema que tenga que ver con una persona, en especial, lo consideran una manera de juzgar. Tal vez puedan tener razón hasta cierto punto, porque la sociedad en que vivimos ha puesto los valores en las cosas y no en la moral del ser humano. Yo puedo opinar que ese traje te queda muy largo de las mangas y no significa que te estoy juzgando ¿Cuál es tu pensar? Hay tanto dolor en la forma en que se ama cada quién, que muchas veces por la carencia de amor hacia uno mismo, hace que se esté siempre a la espera de que alguien te insulte, te ofenda o te juzgue.

Una de las cosas mas importantes en la vida es aprender a vivirla con amor, con paciencia y tolerancia, con la confianza de que cuando las personas nos hablan no lo hacen para recriminarnos, o para hacernos sentir mal o incomodos. Este Evangelio nos advierte que así como juzgamos vamos a ser juzgados. ¿Qué quiere decir eso? Que en la medida en que criticas, ofendes, menosprecias, sentencias o afirmas un modo de ser, un comportamiento, o la imagen de alguien sea negativo o positivo, así vas a ser juzgado tú cuando llegue el día de partir a la vida eterna. ¡Qué difícil y qué duro!

La realidad es que nadie debe juzgar a nadie y punto. No se trata de que si lo haré negativa o positivamente, el juicio sobre los seres humanos carece de la presencia de Dios. Cada uno somos diferentes y así tal y cuál, debemos respetarnos y principalmente aceptarnos; hacer un juicio sobre otro refleja una imagen de lo que somos por dentro, de las cualidades y virtudes que hemos formado en el camino, así como de los defectos que venimos cargando y que no nos atrevemos a reconocer en nosotros mismos.

Juzgar a otro no debería ser divertido, ya que por lo general no se tienen los elementos suficientes para confirmar nuestro juicio y no tenemos el derecho de hablar de los demás condenándolos en un juicio que no nos corresponde por eso el que tenga la conciencia libre, que tire la primera piedra.

Propósito de hoy: Hacer conciencia cuando voy a juzgar a alguien y detenerme.