21 DE JUNIO: QUE SOLO TÚ TE DES CUENTA.

Mateo 6, 1.6. 16-18 “Cuando hagan oración, no sean como los hipócritas”

¿Cómo se puede decir que alguien haciendo oración es un hipócrita? Si, un poco extraño este comentario que nos hace Jesús. Pero, es muy intenso porque nos está llamando la atención cuando alguien quiere imponerse ante los demás como una buena persona, digna de admiración por estar públicamente haciendo oración, solo para que alguien mas los vea y en su vida diaria y el trato hacia los demás solo demuestra superioridad y despotismo. ¿Te ha tocado conocer a alguien así? O más directamente ¿Tú eres así?.

Había una mujer de no muy buen corazón que se ponía a rezar el rosario en partidos deportivos esperando que la gente dijera que ella si era devota y muy religiosa y tristemente para ella, los demás solo la señalaban como una hipócrita ante las cosas de Dios. Estar públicamente haciendo cualquier tipo de oración fuera de lugar, va a llamar la atención pero no de la mejor manera y menos aún cuando el comportamiento hacia los demás es poco deseable.

La oración es algo personal entre una persona y Dios, o entre una comunidad religiosa y su grupo. Orar es charlar con Jesús, es querer acercarse a Él de manera íntima, con el corazón en la mano para que Él lo reciba y lo consuele, o se apiade de él; orar es poner nuestras preocupaciones en manos de Dios y también es agradecerle por las bendiciones que ha hecho llegar a nuestra vida; orar es una comunión con nuestro Señor para que aminore nuestro dolor y sufrimiento, es un continuo diálogo con el amor.

Cuando oremos o hagamos el bien, o ayudemos a alguien, no es necesario querer tener felicitaciones o que los demás vean que tan buenos somos; que tu mano izquierda no sepa lo que hizo tu mano derecha porque es Dios quien ve nuestras obras y acciones, y es Él quien hace crecer nuestra fe, en la medida que nosotros seamos testimonios de bondad, de verdad y de amor para con los demás.

Propósito de hoy: Que al hacer oración nos sentemos en un lugar donde solamente Dios nos vea, Él se da cuenta y eso debe ser suficiente.