12 DE JUNIO: QUIERO SER DICHOSOS EN TU NOMBRE.

Mateo 5, 1-12 “Dichosos serán ustedes cuando los injurien, persigan y calumnien por culpa mía”

Pero ¿Cómo es eso? ¿Cómo Jesús me dice que debo sentirme bienaventurado si me pasa esto, por más que sea en su nombre? A lo mejor es duro de entender y de ser testigo de tantas personas que mueren a causa de su fe.

Jesús nos está dando una clase sobre sí mismo, nos está diciendo cómo se puede alcanzar la felicidad en la humildad, en la compasión, en el servicio,  en la misericordia. Nos está poniendo como ejemplo su propia vida, recordando que fue calumniado y perseguido y asesinado. Y que Él solo vino a enseñarnos la paz y el camino a la voluntad de su Padre para alcanzar la vida eterna; y en ese camino de rectitud encontrarnos con el amor y la felicidad.

Vamos viendo el texto, que es como un manual de comportamiento, no como los mandamientos, eso es otro tipo de ley; pero sí sobre cómo debe ser nuestro espíritu de amor para ir encontrando razones para crecer en humanidad, en respeto y en tolerancia, en amor profundo hacia los demás.

“…Dichosos los afligidos, porque Dios los consolará. Dichosos los que tienen hambre y sed de hacer la voluntad de Dios, porque Dios los saciará. Dichosos los que construyen la paz, por que Dios los llamará sus hijos…”

Solo con este mensaje podemos reconocer que Dios es amor, que quiere consolarnos y estar a nuestro lado, que quiere ser parte de nuestra meta en alcanzar la paz y lo más grande de todo es que nosotros sepamos que somos hijos de Dios. Cuando alguien se burle de ti, por creer en Dios, solo piensa que todos somos diferentes y que profesamos otras ideologías y que vale la pena creer en Jesucristo porque es con Él que encontramos el amor verdadero.

Propósito de hoy: Sentirnos orgullosos de ser hijos de Dios.