9 DE JUNIO: LO QUE HAY EN MI CORAZÓN .

Marcos 12, 35-37 “Siéntate a mi derecha y yo haré de tus enemigos, el estrado donde pongas tus pies.”

Esta declaración tan fuerte nos habla de salvación. Salvación para el alma cuando el dolor es tan grande que creemos que sobrepasa toda tolerancia en nuestro corazón. Dios Padre siempre encuentra una manera de hacernos ver las cosas, de aceptar penas que creemos muy difíciles de cargar y al ponerlas en su nombre y al pedirle a su Hijo Jesucristo que nos ayude a cargarlas, Él lo hace con amor. Entonces, nuestro dolor va desapareciendo y deja espacio en el corazón para poder seguir amando en la esperanza de encuentros fructíferos con los demás.

Qué complicados somos los seres humanos; cuando todo va bien, por ahí queremos encontrar algo que vaya mal. ¡Te has fijado en eso! ¿Qué pasa cuando están todos en armonía en casa, en una reunión, en el círculo social? llega alguien a mover la paz y cambiarla con algún desacuerdo, alzando la voz, buscando pelea. A veces la paz, el silencio y la armonía parece que lastiman.

Cuando se rompe el respeto mutuo, automáticamente las personas creen que llegó el momento de la guerra, se dicen cosas hirientes, se convierten en desconocidas, se vociferan intimidades que fueron dichas en momentos de armonía. Entonces parece que es necesario convertirse en enemigos. La palabra de Dios tan sabia, nos dice cómo va a terminar eso. Hay que saber escuchar y entender que el amor es, sobre todas las cosas, lo que debe cubrir al corazón, lo que debe impedir que te conviertas en enemigo, lo que debe ser motivo de paz.

¿Cómo anda el amor en tu corazón?

Propósito de hoy: Reconocer que le he hecho daño a alguien y pedir una disculpa para no tener ningún enemigo que opaque lo que hay en mi corazón.