Juan 15, 12-17 “Yo soy quién los ha elegido”
El poder elegir a quién amar es propio de todo ser humano, elegimos con quien salir, con quién casarnos y a quien queremos como amigos pero el poder de elegir a nuestros hijos, lo tiene solo Dios. Él es quién nos ha creado a su imagen y semejanza; uno por uno nos eligió para ser sus hijos y darnos la gracia de la vida. Quién vive en el amor de Dios, tendrá vida eterna; lo creemos a través de nuestra fe.
¿Te imaginas cómo sería el mundo si eligiéramos también a nuestros hijos? Yo creo que los elige Dios por nosotros para enseñarnos a amarlos por sobre todas las cosas, como Él nos ama a nosotros. ¡Qué bonito! Tenemos un Padre que nunca nos deja solos y que aún si nos enojamos mucho con Él, pacientemente nos espera, confía en nosotros, sabe que vamos a darnos cuenta que es nuestro motor y que, con su espíritu de amor, nos ayuda a superar retos y adversidades, que está ahí para nosotros.
Al elegirnos, Dios nos llena de sus dones, gracias y virtudes, también nos da el poder de decisión para elegir lo que creemos mejor para nosotros. En esto también nos enseña a que el servicio a los demás con caridad y bondad nos fortalece, nos dignifica, nos permite alcanzar la felicidad porque es en el dar, mas que en el recibir que somos testimonio de su amor.
Jesús dió su vida en la cruz para el perdón de nuestros pecados, como ejemplo de que todos debemos perdonarnos unos a otros, debemos procurar la paz, debemos tratarnos como hermanos, dando fe de que Dios existe en el corazón de cada uno.
Propósito de hoy: Darme cuenta que Jesús me ha elegido y que yo también lo quiero elegir como mi compañero de vida.