10 DE MAYO: TE REPRESENTO CON AMOR.

Juan 15, 1-8 “El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante” 

Nos dice San Pablo que los dones del Espíritu Santo nos son dados cuando estamos en comunión con Jesucristo, que estos dones nos unen a Él y por eso nos convertimos en su represente ante los demás. Pero ¿Cómo es eso de representar a Jesús? 

A ver, vamos haciendo una comparación que nos permita medio entender esto de ser representantes de Jesucristo. Cuando estás en la escuela, compites con la camiseta del equipo lo mejor que puedes y cuando estás en el trabajo haces lo mismo, te comprometes tanto que defiendes a capa y a espada los principios de la empresa. ¿Verdad? Te haces fiel a la institución. 

Bueno, representar a Jesús es permanecer en Él con todo para dar testimonio abundante de su amor. Es ponerte la camiseta, es comprometerte con su palabra, es defender sus principios de verdad y vida eterna. 

Vamos a ser reconocidos por los frutos que damos al estar en unión con Jesús, porque influye para todo en nuestra vida. ¿Eres feliz? La felicidad es muestra de fruto abundante. La alegría, la paz, la fidelidad, la benevolencia, la bondad, la magnanimidad, la mansedumbre, el dominio de uno mismo y el amor forman parte de nosotros, por ser los dones que recibimos del Espíritu de Dios. Al seguir los mandamientos, en especial los que nos hablan del amor, podemos dar fe al llamarnos hijos de Dios.  

Cuando estamos de acuerdo con su palabra de vida eterna, somos su reflejo, no hay que olvidar que podemos pensar, actuar, ver el mundo y a los demás con los ojos de Jesús, amar con el corazón de Jesús. Permanecer en la verdad de Dios es dar fruto abundante en la caridad, la bondad, la paz y el amor. 

Propósito de hoy: Amar a los demás, perdonarlos y pedir perdón y ser testimonio de los frutos del amor de Dios.