16 DE ABRIL: CREO EN TI.

Juan 20, 19-31 “Dichosos los que creen sin haber visto” 

¡Cuánta alegría da creer en Jesucristo! Nos lleva al camino de la esperanza redentora de su palabra, nos ayuda a tomar mejores decisiones cuando tenemos como base los mandamientos y nos enseña que el amor es el más grande de todos. 

Dichosos los que creen sin haber visto, nos dice el Evangelio de Juan, sin embargo, Dios está en cada uno de nosotros y lo vemos todo el tiempo. ¿Cómo es eso? Somos hechos a su imagen y semejanza reflejando la grandeza del creador, su hermosura, nos dio la inteligencia, la virtud, la posibilidad del bien y del mal y hasta nos dio la libertad de elegirlo a Él y respetarlo como el Hijo de Dios o de no creer. Está en cada uno creer o no.  

Se que muchas personas que tienen una formación religiosa desde que están pequeños, a veces terminan hartos y cansados de Dios, pero también existen muchos que en ese caminar educativo de su vida, aprendieron a amarlo al conocer su historia. Muchas personas han conocido a Dios por medio del estudio, del catecismo, de la Eucaristía, del ser humildes y del aprender a perdonar y a pedir perdón. Han crecido en su fe por la oración y los sacramentos, por la misericordia con que Jesús sano a tantos enfermos físicos y del alma.  

Creemos en Dios cuando estamos devastados implorando su gracia y es en la oración que encontramos la fuerza que nos reanima y que nos guía para poder sobrellevar el dolor y la tristeza que carga nuestro corazón. Nos sentimos amados por Él, reconociéndonos Hijos de Dios. Y también hay ocasiones en que el dolor es tan grande que dudamos y es normal sentirnos solos, al final somos seres humanos débiles, pero ¡Dios no nos suelta! sabe que es cuando más lo necesitamos y más intenta acercarse a nosotros por medio de un amigo, o de alguien que casualmente conocemos en la calle, o de nuestro hermano. Es entonces cuando debemos creer que Jesús con su muerte y resurrección nos trajo la luz y el amor para poder salir adelante, con más fuerza y con la confianza de que no estamos solos. 

Propósito de hoy:  Reconocer en ti, la presencia de Dios vivo.