14 DE ABRIL: TE ENCUENTRO EN MI CORAZÓN.

Juan 21, 1-14 “Es el Señor.”  

¿Has perdido a alguien alguna vez? Nosotros una vez perdimos a nuestra abuelita, sí, suena muy mal; pero así fue. De repente, en cuestión de segundos, nos dimos cuenta de que la puerta estaba abierta, ella no tenía demencia ni estaba enferma; solo que le gustaba mucho salir a caminar. Y cuando se dio cuenta que no podía regresar a casa, se sentó en una banca a la vuelta de la esquina a esperarnos y la encontramos casi al instante y si, mi Mamá estaba como la Magdalena, con un poco de miedo a no encontrarla. 

Los Evangelios nos ha hablado estos días de cómo han buscado a Jesús; de cómo María Magdalena fue a buscarlo al sepulcro y no estaba; de cómo en el camino a Emaús, no lo reconocieron y de cuando se les apareció a los pescadores que no habían pescado nada; y afortunadamente en las tres ocasiones pudieron reconocerlo. Todas las historias son historias de fe, también la de mi abuelita, porque ella estaba segura de que la íbamos a encontrar y con gran tranquilidad solo nos estaba esperando, como Jesús. 

Así es Dios, nos espera a nosotros cada día.  

Cuando estamos en los peores momentos cuestionamos su presencia, le preguntamos constantemente ¿Dónde estás? Y él está ahí, pacientemente, con calma y mucho amor esperando a que lo encontremos, a que lo reconozcamos, a que corramos a abrazarlo. Muchas personas aún no han entendido que Dios está dentro de cada uno; que está en nuestros padres, hermanos y amigos y también está en aquellos que nos tratan mal. Cada uno tiene una historia diferente y su comportamiento varía mucho, pero somos imagen de Dios, por eso está presente en nuestra vida siempre.  

Solo hay que reconocerlo, encontrarlo y querer compartir la vida con Él. 

Propósito de hoy: Reencontrarme con Jesús a través de ti.