9 DE ABRIL: TE PONGO DENTRO DE MI CORAZÓN.

Juan 20, 1-9 “No sabemos dónde lo han puesto” 

Esto dice María Magdalena, al llegar al sepulcro vacío donde enterraron a Jesucristo. No puedo imaginar el susto que le dio y el miedo, pero no el miedo a la muerte, sino a saber que el cuerpo de su maestro había desaparecido. 

Vamos haciéndonos una pregunta ¿Dónde hemos puesto a Jesús de Nazaret, al que sufrió una muerte de cruz por nuestra salvación? ¿Sabes dónde está en tu corazón? 

Hoy domingo es el día de la resurrección del Hijo de Dios. 

¡Qué buen momento para llenar nuestro corazón del amor de Dios! Si en el camino te has distraído con la vida y sus motivos de pecado, o si has olvidado que no es el maquillaje ni una ropa nueva cada día lo que te hace una persona digna de llamarse hija de Dios, puedes responderte en qué lugar tienes a Dios en tu vida. Muchas veces en la banalidad cotidiana se nos olvida que lo que nos hace dignos es el amor con que hacemos las cosas. Que si eres feliz y alegre, que si estas listo para extender tu mano y ayudar al necesitado, que si en tu casa cabe siempre uno más y si tu mesa está rodeada por tu familia y tus amigos; que si has encontrado un espacio en el día para servir a alguien; es así como honramos la resurrección de Jesucristo, es ahí donde lo ponemos para que esté presente y sea parte de nuestra vida.  

Somos hijos de Dios y es por lo que nos ama y protege que envió a su único hijo a enseñarnos sobre el mayor mandamiento que es el amor. Amor a Dios, al prójimo, a nuestros padres. Y en ese amor entra en primer lugar el perdón a quien nos lastima, la misericordia y humildad para también saber pedir perdón, para defenderlo que es injusto; sabiendo que es la verdad, la que nos hace libres y nos llena el corazón. Somos personas de luz, somos la sal de la tierra, somos la esperanza de los que vienen atrás. 

Propósito de hoy: Abrir el corazón a Jesús resucitado para que entre a nuestro corazón y viva en él.