28 DE MARZO: TODO POR TI.

Juan 8, 21-30 “Yo hago siempre lo que a él le agrada”. 

¿Cómo está nuestra relación con Dios? ¿Nos sentimos orgullosos de llamarnos Hijos de Dios? o por vergüenza mejor lo callamos. Es algo así como la relación con nuestros padres, o quien nos educó y crió, sentirnos orgullosos de quien venimos, y sentir que el amor con que crecimos nos ha ayudado en situaciones difíciles que de seguro todos hemos vivido. Así debe ser nuestra relación con Dios Padre, para sentir que no vamos solos por el camino, que nos vamos llenos de esperanza de que mañana será mejor que ese mal día; tal como Jesús fue fiel a su Padre durante toda su vida, obediente, lleno de amor y de misericordia.

Cuando vamos creciendo, hacemos cosas para agradar a nuestros padres, incluso de adultos, tratamos, la mayoría, de darle gusto a nuestros padres, por el amor y el respeto que tenemos hacia ellos. Y eso está muy bien, porque a la vez, nosotros le damos ejemplo de amor a los más jóvenes. ¿Eres así? O eres de las personas que solo buscan los defectos y cómo culpar a quien te educó de tus problemas y tu vida. Sabes que nunca es tarde para rectificar tus acciones, para reconciliarte con ellos qué tal vez, dieron todo de sí para que tu vivieras mejor que ellos, a cuando ellos eran pequeños.  

Me gusta decirles a los chicos que es a ellos a quienes les corresponde entender las situaciones y también la ideología de los adultos. Vivimos en tiempos diferentes y es una manera de respeto tratar de tener empatía ante un corazón mayor que ha vivido toda una vida, a diferencia de ellos que van comenzando. No se trata de si tengo yo o tú la razón, sino de intentar comprender que los tiempos son diferentes y que ya en la edad adulta lo que se busca es procurar la paz, pedir perdón, vivir en armonía, tranquilos y disfrutar de la familia. Es una manera de agradar a Dios también. Siendo buenos con quienes han sido buenos con nosotros, ofrecer ayuda y caridad si es necesario; servir a los abuelos y a todo aquel que lo necesite, vestir al desnudo, dar de comer al hambriento, escuchar al que está solo, porque recordemos que también somos nosotros en algún momento de nuestra vida. 

Que la vida no te encuentre solo por el camino, porque no supiste ser bueno con los demás. 

Propósito de hoy: Abrir mi corazón a las necesidades de alguien que pueda necesitar de mi hoy.