21 DE MARZO: ESTOY CONTIGO.

Juan 5, 1-16 “Levántate, toma tu camilla y anda.” 

En ocasiones nos sentimos enfermos y deprimidos y por muchas razones creemos que el mundo está contra nosotros. Nos dejamos llevar por las angustias, por los malos pensamientos, por el dolor y decidimos que es más fácil quedarse en cama que enfrentar la vida. Porque tu vida, es tal y cómo tú la has decidido; has tomado decisiones buenas y no tan buenas que te han dado el resultado de lo que tienes frente a ti. Se que somos un ser social, donde nos regimos mucho por el qué dirán y por lo que quieren y esperan los demás de cada uno de nosotros. Entonces dejarnos llevar por la soledad y el abandono de nuestra persona puede sonar como lo más fácil y hasta causar lástima a los demás y permitimos que nos digan “pobrecito de ti”. 

Tal vez conozcas a alguien así o este sea tu caso; sin embargo, siempre hay fuerza en el amor de Dios, que nos hace resucitar del letargo de nuestra vida; nos hace volver a la vida de nuestras ilusiones truncadas, para querer de nuevo luchar por lo que creemos, por lo que deseamos ser. ¡Levántate! Toma control de ti mismo y de tus acciones para que dejes de culpar a los demás de tu vida. ¡Toma tu camilla! Pon sobre ella tus dolores y penas, tus angustias y esa necesidad de complacer a los demás y arrójala al mar, o a la fogata o simplemente fuera de tu corazón. Y ¡anda! corre, ya no camines, corre tras la felicidad, cumple tus metas, que no te preocupe que digan o hagan los demás, tal vez, nadie esté contra ti, aunque tú lo creas. Tal vez simplemente no saben cómo ayudarte a salir adelante y en su intento ambos encuentran frustración.  

Dios quiere sanarte, solo está esperando que tú también desees ser sanado. Jesucristo con su infinito amor espera con sus brazos abiertos a que despiertes de la pesadez de tu alma y que lo encuentres dentro de ti. La oración nos ayuda mucho a salir adelante y a veces no es preciso que reces un rosario sin intención, solo por rezar; sino que hables con Él, con intención, como hablarle a tu padre, o a tu madre, o a tu hermano, o a tu mejor amiga; Jesús quiere que te familiarices con su vida, que lo dejes entrar para que puedas levantarte y andar hacia el frente, con la verdad de su amor y su misericordia. Anda, no esperes más. 

Propósito de hoy: Acercarme más al amor protector de Dios, para poder caminar en libertad.