10 DE MARZO: QUIERO RECONCILIARME CONTIGO.

Mateo 21, 33-43. 45-46 “Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia.” 

Cuán real puede ser esta frase hoy día y pensar que se escribió hace unos dos mil años. Las herencias materiales provocan disturbios tremendos entre las familias; la avaricia crea un conflicto, tal vez, jamás esperado entre hijos, hermanos, primos, familiares. Y desconocemos a las personas, aún si convivimos con ellos gran parte de nuestra vida. ¿Te ha sucedido algo similar? 

Lo más triste del caso, es que, al morir, nadie se va a llevar nada más que la gratitud de los demás si tuviste obras de caridad y servicio; y el recuerdo entrañable de amor, cuando fuiste un ejemplo del amor que había en tu corazón.  

Las enemistades aunque no cometan asesinatos físicos, sí que perjudican las relaciones humanas, porque se convierten en personas sin corazón, que no son dignas de amor si su propósito es faltar a las reglas y al ejemplo de Jesucristo en nuestra vida. Ser bueno con el hermano, ayudar a los padres, visitar a los enfermos son relaciones básicas que armonizan cualquier lugar. Cuando estas muy entusiasmado porque cumpliste alguna meta, porque lograste algo que te costo mucho trabajo y alguien responde de manera negativa, como si careciera de importancia tu esfuerzo, es matar la ilusión, la alegria, el gozo de saberte realizado en tu vida. Cuando eso sucede, debemos pensar que cada quien es dueño de sus acciones y que nada tiene que ver con nosotros. Lo que diga el otro no es un reflejo de nosotros, es un reflejo de la pobreza de corazón de la otra persona. 

Así que vamos procurando no ser ese pobre de espíritu y caminar por la vida de una manera digna, con la vocacion de hacer el bien, de llevar a los demas la misión permanente del amor de Dios con una sonrisa, con la alegría del corazón por reconocerte como su hijo amado. Que tu vida tenga un sentido que agrade y deje una huella inolvidable como testimonio de amor. 

Proposito de hoy: Procurar un acercamiento con ese familiar con quien estoy enemistado.