1 DE MARZO: TAMBIÉN QUEREMOS HACER TU VOLUNTAD.

Lucas 11, 29-32 “La gente pide una señal” 

Y así como Dios mando a Jonás a Nínive, y a Salomón a visitar a la reina del sur; a nosotros nos envió a su Hijo Jesucristo. ¡Qué bonito! Y los pueblos cambiaron con Jonás y con Salomón, señales de que llevaron la verdad de Dios a los pueblos y con Jesús tenemos la esperanza de cambiar como pueblo, como individuos, como gente que desea procurar el bien a los demás. 

Jesús es la señal de nuestro tiempo, y trae su Palabra de Vida Eterna, es hora de renovarnos, de reconocer que en Dios tenemos la seguridad de una vida plena, con sus altas y sus bajas necesarias para cada uno, para crecer en la abundancia de la misericordia y sobre todo en esa entrega filial al ser testimonios de su vida, sacrificio y muerte, por amor hacia nosotros. 

Siempre pedimos señales al cielo, y a veces nos desilusionamos porque parece que no las recibimos; pero, tus señales, las mías y las de Dios son tan diferentes. Lo primordial es aprender a vivir en oración, pero me preguntaras ¿Como es eso de “vivir” en oración? La oración, es un dialogo continuo con nuestro Señor, es un acercamiento a conocerlo a través de su palabra como nos lo enseña la Biblia; es creer que hay un solo Dios y que es por ese Dios que estamos aquí. Que somos fruto de su creación, de su deseo de habernos enviado a su Hijo y que nos convirtiéramos como el, a tu amor. Es vivir los Mandamientos, no solo leerlos, sino tratar de practicarlos a diario, amar a Dios, al prójimo, a nuestros padres; respetar las fiestas de la iglesia, a no matar, ni desear lo que no nos pertenece incluyendo a la pareja del otro; es no robar ni levantar falsos testimonios, es no mal interpretar las palabras de los demás y acomodarlas a conveniencia personal. En la obediencia de vivir de manera honesta, con humildad y sinceridad, en el servicio digno y principalmente en el amor del que somos capaces por la gracia de Dios, es como podemos tener un dialogo continuo con Dios, cada día de nuestra vida. 

Propósito de hoy: Estar atentos para entender y aceptar las señales de Dios, con humildad.