1 DE FEBRERO: AUMENTA MI FE.

Marcos 6, 1-6 “Estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente” 

Es tan difícil pensar en dejar todo en manos del Señor, porque siempre nos falta fe. Todo es posible para el que tiene fe; y ¿Qué es la fe? La fe, es un don que viene de Dios, y es con la oración que podemos obtenerla. Hay que pedir, que el Espíritu de Dios llegue a nuestro corazón para fortalecerlo, para que nuestra fe sea constante, en las buenas y en las malas. Es muy fácil decir que tengo fe cuando las cosas van bien, pero ¿Qué pasa cuando algo va mal? Nos desesperamos y no confiamos lo suficiente en Dios para que cure nuestros males o para que nos lleve por el camino que sea mejor para nuestra vida. 

Siempre es un buen momento para hablar con Dios y pedirle que aumente nuestra fe; que nos ayude a encontrarla en la oración y que nos transforme, que alimente nuestra esperanza y que podamos decir con confianza, creo en ti Señor, en tu palabra de sanacion y en la grandeza de tu misericordia en tu perdón.  

Cristo nos espera aun cuando no podemos entenderlo, o cuando lo abandonamos creyendo que no nos escucha, cuando cerramos nuestra mente y el corazón, ante la verdad de su palabra; no debemos desanimarnos cuando cometemos errores, o cuando tenemos dudas, o cuando somos débiles y nos dejamos llevar por respuestas cómodas y rápidas. 

La fe, nos acerca a Jesús, porque confiamos en su bondad y creemos que es Dios y tiene el poder para ayudarnos a sanar esas tormentas que nos llenan de miedo y de ansiedad, solo debemos pedirle que nos ayude a crecer nuestra fe. 

Propósito de hoy: Orar para que Dios aumente mi fe.