22 DE ENERO: IR MAR ADENTRO: DUC IN ALTUM.

Mateo 4:12-23 “Sígueme y os haré pescadores de hombres” 

Constantemente escuchamos la palabra “Sígueme” en las Escrituras. Adéntrate en el mar: “Duc In Altum”. Sígueme, deja todo y sígueme, sigue mi camino, sigue mi palabra y mi verdad.  

¿Y cuál es el significado de dejarlo todo? Eso depende de tu vocación, “dejarás a tu padre y a tu madre” para seguir una vida en matrimonio en el fundamento de la palabra y el amor de Dios; también sabemos que la vida religiosa lleva a dejar a su padre, madre y familia para servir a Dios más directamente en su amor; Pero lo que no oímos decir mucho es: dejarás el mal, los vicios y las drogas para vivir en plenitud el amor de Dios.  

Esa palabra, ‘Sígueme’, es muy grande. Dios nos invita a seguirlo en su amor infinito, un amor que escucha, que sana, un amor que consuela. ¡Estamos siguiendo a Jesucristo! para llenarnos de fe a través de la oración, para reconciliarnos con los demás a través de la confesión, queremos que Dios guíe nuestros pasos, que nos tome de la mano, que confiemos en su verdad.  

Cuando pienso en los 10 mandamientos, siempre me pregunto, ¿por qué, si son tan claros, nos cuesta tanto cumplirlos? Seguir los mandamientos es un compromiso que hacemos con nosotros mismos, donde prometemos hacer todo lo posible para vivir en armonía, donde prometemos respetarnos a nosotros mismos, a nuestro cuerpo, a nuestra salud, a nuestro espíritu, a nuestro prójimo; Nos comprometemos a vivir en la verdad para ser felices, honestos, amables. Y si cumplimos con este gran compromiso personal, también estamos cumpliendo los mandamientos porque el más importante de todos nos habla del amor. Del amor de Dios, del amor por los que nos rodean y principalmente del amor a nosotros mismos, que nos hace dignos. 

Sígueme, dice Jesús y podemos seguirlo con nuestras acciones que buscan el bien. 

El propósito de hoy: Voy mar adentro para encontrarme con Tu amor.