19 DE ENERO: SEÑOR, ENSEÑAME A AMARTE.

Marcos 3, 7-12 “Tu eres el Hijo de Dios” 

`Señor a quien iremos, Tú tienes palabra de vida, nosotros hemos creído que Tú eres el Hijo de Dios´ ¡Qué declaración tan única! Recordarán esa canción algunos de ustedes; siempre me pareció de las más hermosas y plenas para cantarle a nuestro Señor. ¡Nosotros también hemos creído que Tú eres el Hijo de Dios! Un Dios de salvación, de amor, de entrega, de compasión.  

Es lo que necesitan nuestras comunidades, a un Dios que nos proteja y que nos ame. Sin embargo, a muchas personas les cuesta trabajo aceptar a este Dios de amor. Se nota todo el tiempo. Al ser humano, por naturaleza le gusta más que le digas una mentira a enfrentar una verdad, por consiguiente, le cuesta trabajo discernir entre lo bueno y lo malo, entre la verdad y la justicia; el Dios del amor te busca por todas partes y se encuentra con un corazón clausurado, bloqueado, duro; el Hijo de Dios, quiere sanar tu corazón herido y lastimado, quiere que lo dejes entrar y que le permitas trabajar contigo para juntos obtener la gracia del amor y de la fe. 

Nos sucumbimos en la desolación y dejamos de sonreír, se nos va la fe, perdemos la esperanza de algún día encontrar la felicidad. Y no debe ser así. La vida debemos verla como un milagro de amor, como una gran oportunidad para salir adelante y confiar en que, el amor del Hijo de Dios va a colmar nuestra existencia con bendiciones; solo necesitamos ver, aprender a ver, aprender a aceptar y también a reconocer que es a través de Él, que vamos a alcanzar las metas del corazón, de las emociones, del alma. Es por medio de la oración que nos vamos a ir acercando a Dios y aprendiendo que Él nos ama y que confiar en Su palabra de vida nos ofrece el consuelo que tal vez, necesitamos en nuestro día. 

Propósito de hoy: Piensa en hacer oración, ahí donde estás; abre tu corazón al Hijo de Dios.