16 DE ENERO: ME RENUEVO PARA BIEN.

Marcos 2,18-22 “Nadie le pone un parche de tela nueva a un vestido viejo.” 

Lo nuevo, lo viejo. Nuestro pasado, vs nuestro presente, vs nuestro futuro. El pasado nos ha formado y somos lo que somos gracias a las decisiones que hemos tomado, el presente queremos vivirlo al máximo y el futuro está por verse. Para tener un futuro, necesitamos que nuestro pasado tenga buenos cimientos. Y los cimientos los obtenemos en lo que nos hace fuertes, en las ideologías que compartimos con nuestra fe y en lo que creemos; los cimientos suelen ser ingrediente clave en nuestra existencia. Y una vez que nuestros cimientos le den forma a nuestro presente podemos darnos cuenta si es por ahí, por donde queremos seguir y si estamos de acuerdo con la forma en que hemos vivido en el pasado y si no estamos contentos, es en el hoy que hay que “remendar”, no es tanto poner un parche de tela nueva a un vestido viejo, pero si es hacer cambios. Si la base nos gusta, si estamos contentos con los valores que profesamos, con la estabilidad emocional y moral con la que vivimos, entonces remendar lo que no nos agrada de nosotros mismos. Cambiar. Rectificar. Enmendar. 

La gracia del amor de Dios, ha llevado a muchas personas al camino de la felicidad. Nos enriquece mucho pensar que podemos ayudar a los demás y servir en nombre de Dios; sin embargo, este camino, no es nada fácil. Tiene muchas subidas y bajadas y al final del camino nos damos cuenta que la gratitud de la alegría del corazón, nos salva de desfallecer en el intento. Dios nos regala siempre una bendición para hacer las cosas, en su nombre por amor a Él y es ahí donde nos damos cuenta que la estructura del pasado tiene un papel importante en este camino. La fortaleza que nos llega de Dios, sin la estructura, no la pudiéramos ver. Lo más bonito es que siempre estamos a tiempo de mejorar nuestra situación, de darle la vuelta a la página y empezar de nuevo, de parchar nuestro pasado con el amor que llevamos en el corazón. Jesús es siempre una buena opción que nos garantiza la paz del alma; esa fortaleza que necesitamos para el día a día y Él nos espera con paciencia. Espera que nos demos cuenta de su presencia en nuestra vida; que abramos las puertas del corazón y recorrer ese camino de la vida a su lado, con Él en nuestro corazón. 

A veces solo es darnos cuenta que ese vestido que tanto amamos, ya pasó de moda; ya no nos sirve, nos queda chico o grande, o corto o largo; igual que nuestras acciones, si no nos dejaron algo bueno, es momento de hacerlas de lado y comenzar de nuevo. Procurar no lastimar a los demás y aprender a perdonar para estar en armonía con el mundo y a la vez, con nosotros mismos. Siempre es buen tiempo para deshacernos de lo que ya no nos sirve. 

Propósito de hoy: Cambiar mis actitudes procurando el bien común y la alegría del corazón.