8 DE ENERO: NACES EN MI CORAZÓN.

Mateo 2, 1-12 ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? 

Todos los días, el Rey de los Judíos nace en nuestros corazones. ¿Lo sabías? Imagínate que sensación tan grande saber que Dios nace en ti cada vez que te despiertas y tienes una oportunidad más para elegirlo a él como tu compañero de viaje por la vida. 

Muchas veces creemos que tomamos decisiones correctas, aunque no lo sean y cuando queremos cambiar, nos sentimos mal, nos da pena. Quiero decirte que cambiar de opinión respecto a amar a Dios por sobre todas las cosas, es una buena decisión. He escuchado a personas sentirse tan culpables de su vida, que creen que Dios los aborrece, que ellos no merecen el amor de El Salvador. Y están equivocados, porque Dios jamás se cansa de recibirnos ni de esperarnos así lo defraudemos una y otra vez al defraudarnos a nosotros mismos.  

Cuando sabemos del nacimiento de una nueva vida, nos alegramos mucho y pensamos en las bendiciones que llegan con ese bebé. Si ponemos en nuestra mente que cada día nace en nuestro corazón el Niño Dios, ¡cuántas bendiciones estaríamos recibiendo! Nosotros nos convertimos en esa nueva vida, que nos es dada para mejorar nuestro quehacer diario, nuestras malas costumbres y hábitos; vivimos con la esperanza de crecer en nuestra fe a través de la oración, de aprender a amar con sinceridad y a querer servir a los demás de manera digna con alegría. Cada día nacemos junto a este Rey de los judíos, su amor nace en nuestro corazón y nos llena de bienes que tienen que ver con la bondad, la misericordia, la compasión, la amistad, el amor, la honestidad, la paz y la verdad de su palabra que es Palabra de vida eterna, lo podemos leer en las escrituras. 

Aumentemos nuestra fe, te invito a que abras tu biblia, o que busques una que te agrade la forma en que está escrita y poco a poco ve leyendo las historias que nos cuenta el Nuevo Testamento. Es así como vamos creyendo más en Dios, cómo va creciendo nuestra fe, cómo aprendemos que nada hay más importante que el amor sincero con que vivimos nuestra vida y el que compartimos con quienes están a nuestro alrededor. 

Propósito de hoy: Dejar que nazca en nuestro corazón el Niño Dios que llega a nuestra vida cada día.