27 de diciembre: TE BUSCO.

Juan 20, 2-9 “No sabemos dónde lo habrán puesto” 

Qué angustia cuando perdemos algo que tiene valor para nosotros. ¿Dónde más buscar? Muchas personas se desesperan, empiezan a culpar a los demás por haber tomado sus cosas, no saben a dónde ir, o a quién pedir ayuda. Ahora imagínate cuando de repente no ves dónde está tu hijo o tu madre, porque en un abrir y cerrar de ojos desapareció. Eso le llegó a suceder a mi mamá, en lo que volteó, mi abuela ya no estaba junto a ella; seguro se angustió mucho, lo bueno en este caso es que mi abuela estaba sentada en el jardín viendo sus flores, pero el susto ¡nadie se lo quita! Así le pasó a la Magdalena que llegó a buscar a su Señor y Él ya no estaba. ¡Que angustia! Y que dolor, de no saber quién se lo llevó. Le sucedió también a María, su madre, cuando él se perdió y lo encontraron en el templo… que desesperación no saber dónde está. 

¿Te ha sucedido? 

Este tipo de angustia nos refleja el amor. Un amor tan grande que crees que el mundo se hizo más grande que tu dolor y que no sabes cómo encontrar a tu persona amada. Creo que es algo similar cuando perdemos la paz, o cuando perdemos el amor, o cuando de repente volteamos y estamos solos. Cuando hemos perdido a un amigo querido, nos llenamos de tristeza y de soledad, no sabemos si algún día va a regresar; así como cuando abandonamos a Dios, lo perdemos de nuestra vista porque así lo hemos decidido. Porque ya nos cansamos de seguirlo o porque llegó alguien con aun opción más fácil de seguir, creyendo que no hay que darle cuentas a nadie, como con las drogas. Pero no sabemos que solo nos apartan de nosotros mismos; también nos perdemos y no sabemos cómo encontrar el camino que nos lleva a la paz, el camino de regreso a casa.  

Vamos poniendo nuestra vida en orden y hagamos una selección ¿Qué estoy dispuesto a perder o a salvar? ¿Dónde vamos a poner nuestra vida? ¿Qué queremos para nosotros, para nuestra vida? Y de qué manera voy a empezar a abrir el corazón para encontrar a ese Jesús que perdí en algún momento de mi vida. 

Propósito de hoy: Vamos a darnos cuenta si también perdimos a Jesús para buscarlo en la oración, en el servicio y en el corazón.