8 de diciembre: Hágase en mí.

Lucas 1, 26-38 “Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho” 

María ejemplo de virtud y gracia, nos invita a seguir sus pasos en el amor incondicional que tuvo desde aquel día que dijo “SÍ” al aceptar ser la madre del Salvador, de Cristo Rey del Universo. María debe haberse sentido amada por ser parte del pueblo elegido, llevando la salvación a toda la humanidad, sabiendo que pronto daría luz al Príncipe de Paz. María la llena de gracia, se convierte en la realidad del amor de Dios, su entrega nos invita a dar también un sí al amor de Dios. 

Cúmplase en mí, según tu palabra. Que hermosa expresión y lo mejor de todo es que cada uno de nosotros por medio del bautismo somos llamados a ser santos y claro, nos preguntamos cómo es eso, pues así. Los santos son personas como tú y como yo, que hicieron una diferencia en el mundo. Tenemos como principal ejemplo a María la Madre de Dios, pero si queremos algo más terrenal, algo que podemos decir que conocemos, tenemos a San Juan Pablo II y a Santa Teresa de Calcuta, ellos son santos de nuestra época. Los dos supieron ser mensajeros de la palabra de Dios a través de sus acciones, con su ministerio permanente de llevar esa mano amiga al necesitado, ese oído al que necesita paz, ese alimento al hambriento, hambriento de esperanza, de verdad, de fe.  

Tal vez somos nosotros los que estamos hambrientos de esperanza, que estamos cansados de la mentira tan fácil con que se vive la vida, tan necesitados de fe. Y entonces ¿Qué esperamos para hacer algo diferente? La mejor manera de que nuestra vida mejore es teniendo confianza en Dios. Él puede llegar a nuestra vida si le abrimos el corazón, tiene poder sanador; su palabra es palabra de vida eterna y no nos falla; siempre procura lo que es mejor para cada uno de sus hijos. Nosotros podemos acercarnos a Él en cualquier momento, porque no lleva cuenta de nuestras fallas ni errores, ni si nos habíamos olvidado de él, no, él solo desea estar junto a nosotros y reiterarnos que, con su amor, nuestro camino va a ser más ligero, más alegre. Y así como María, dejemos el miedo y confiemos, porque amor verdadero, siempre será el de Jesucristo, déjalo entrar a tu vida.  

Propósito de hoy: Abre tu corazón, no seas tan duro contigo mismo, la vida tiene muchos motivos para sonreír, ve y regala sonrisas a los demás y sentirás un gozo en tu corazón.