6 de diciembre: Encontremos a Dios.

Mateo 18, 12-14 “Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una.” 

Hemos escuchado historias, como cuando Jesús se perdió y con desesperación María y José, sus padres, lo buscaron por todos lados hasta encontrarlo en el templo; así muchas otras en que se ha perdido un hijo, o un hermano, o alguien querido. Imaginemos la situación de los padres, la angustia, la preocupación. Cuantas cosas nos pasan por la mente, si lo atropellaron, o mataron, o solo está escondido sin querer asustarnos; o si se ha perdido en las drogas o en los vicios, o si alguien se lo llevó. ¿Qué haríamos? No imagino que nos quedáramos sentados a esperar, saldríamos en su búsqueda, correríamos a pedir auxilio. Pero ¿Y si se fue porque quiso irse?… Viviríamos con la esperanza de que un día regresaría con nosotros.  

Así pasa con Dios. Así es su amor por cada uno de nosotros. Si nos perdemos, nos busca e insiste en encontrarnos para que nos demos cuenta que Él está ahí, que solo debemos esperarlo, dejarlo entrar al corazón, permitirle ser la luz que guíe el camino a lo que más nos conviene. Y si nos alejamos de Él, siempre está esperando nuestro regreso. Podemos decidir dejarlo y su infinito amor nos espera siempre, no se cansa, no se agota, solo espera.  No nos presiona, nos da nuestro tiempo para aprender a confiar en él, para querer amarlo. Y si estamos avergonzados por nuestras acciones, Él nos perdona, nos da la gracia para aceptarlo en nuestro corazón y poder vivir en paz. No hay dolor más grande que el creer que hicimos daño a alguien y no lo podemos remediar, no. La misericordia de Dios pone en nuestro corazón el don del perdón, podemos perdonar y también pedir perdón y dejar el dolor del alma en el pasado.  

Dios es amor, busquémoslo en la oración personal, íntima; y recordemos que podemos mejorar nuestra vida, podemos estar mejor; no hay mal que Dios no quite, solo necesitamos tener fe y confianza para alcanzar la felicidad en el amor.  

Propósito de hoy: Ama a esa persona que te desagrada y búscala con cariño, para una reconciliación.