10 de noviembre: También estoy yo aquí.

Lucas 17, 20-25 “Está aquí.” 

¡DIOS ESTÁ AQUÍ! ¡ABRÁZALO! ¡VÍVELO! …¡ÉL TE AMA! 

La presencia de Dios en tu vida solamente depende de ti. De qué manera vas a dejarlo entrar es parte de tu vocación como su hijo amado. Abrir el corazón a la Palabra de Dios es como abrir la puerta al universo, a la creación del todo, a la sabiduría que un día podemos tener. Dios está aquí. 

Cuando vamos caminando y volteamos hacia el cielo y vemos lo maravilloso que se ve el sol o la luna, entre las nubes coloridas de rosas y morados, lo primero que nos viene a la mente es tomar una foto. ¿Te pasa a ti? Cuando me pasa a mí, al momento de tomar la foto volteo y le doy gracias a Dios por su creación. Por la creación de los colores del cielo, del tener una cámara a la mano, y de la creación de mis ojos y mis manos para poder hacer esa foto. Mi vida es un continuo caminar en el agradecimiento, en percibir las bondades que recibo a diario aún sin merecerlas. Soy feliz, porque aquí esta Dios. Él me creó. 

Ante el movimiento de la vida que está en constante cambio, necesitamos algo que nos haga fuertes, que nos ayude a edificar un corazón pleno. Necesitamos esa fuerza que nos protege de las tentaciones, que nos ayuda en momentos de adversidad, cuando creemos que no tenemos nada; sin embargo, lo tenemos todo en Su amor infinito, compasivo, misericordioso. Dios es bondad, es virtud, es la propuesta ganadora, con Él mis temores y angustias se desaparecen porque creo en Su palabra, porque soy para Él. Debemos recordar que la oración nos acerca tanto a Dios, nos construye la fe, nos permite ver más allá de cualquier pena. En la oración nos encontramos a nosotros mismos con Jesús. La oración es un diálogo continuo con Nuestro Señor y si aún no has hablado con Él, no te preocupes ¡Puedes empezar hoy!, así, sencillo, empieza a platicar con Él. Cuéntale qué estás haciendo hoy y dile que lo amas, para que sientas que él también te ama a ti, vamos, anímate, no es muy difícil; solo necesitas dar el segundo paso, porque el primer paso, ya lo dio Él por ti. 

Propósito de hoy: Siéntate con alguien que ames y pregúntale si sabe cómo hablar con Dios y así puedan compartir el amor de Dios juntos.