8 de noviembre: Al servicio con amor.

Lucas 17. 7-10 “Sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer”. 

Hay un arzobispo mexicano, Monseñor Berlie que nos decía a los jóvenes, “Ser lo que son ahí donde están”. Y siempre se me quedó grabado lo importante que es saber lo que te corresponde hacer en el momento que estás viviendo, en el lugar donde te encuentras y en la responsabilidad que se te ha sido asignada. Cuando cada persona hace lo que le toca hacer, se crea una atmósfera de servicio; hacer lo que tenemos que hacer en la verdad y en la honestidad es algo muy personal, porque nadie más sabe los compromisos que tenemos.   

Desde toda la vida la frase repetida por los niños ha sido: “porque a mi hermana le diste y a mí no” ¿Te tocó escucharla, o decirla alguna vez? Siempre estamos al pendiente de lo que hacen los demás y de lo que reciben los demás y olvidamos nuestra parte y aunque siempre existe la inquietud por saber si el otro está haciendo lo que le toca hacer, estamos equivocados. Ahí es donde empiezan los conflictos. Olvidamos que lo que hagan los demás no es lo que nos va a motivar a nosotros a cumplir lo que nos corresponde cumplir.  

Lo que debemos tener siempre en mente es nuestro actuar para el servicio a los demás y no distraernos en la carrera. Yo voy hacia el frente en mis propósitos de salvación y dentro de estos propósitos está servir con dignidad a mis padres, a mis hermanos, a mis hijos y a quienes comparten conmigo el camino de la vida.   Crecer en la fe, y entender que la fe, viene de la mano de la caridad y de las acciones de servicio, porque al servir a los demás con amor y humildad, estamos entregándonos a Dios y a su voluntad para que nos llene más de su espíritu de amor. Porque la fe, sin caridad, no nos sirve de nada. 

Propósito de hoy: Se bueno con quién está a tu lado, sírvele con gusto y recuerda que en esta persona también está Dios.