31 de octubre: Vivir en la verdad.

LUCAS 14, 12-14, “Cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás dichoso, porque ellos no tienen con qué pagarte; pero ya se te pagará, cuando resuciten los justos”. 

¡Qué difícil entender el evangelio de hoy! Y sé lo que viene a tu mente. Lo maravilloso de los evangelios es que se pueden interpretar de maneras diversas. Es más fácil tener invitados saludables y a los amigos, que a personas que no conocemos, que parece que están enfermas…pero, ¿Acaso no conoces a alguien que sufre?, los pobres, los lisiados, los cojos, los ciegos, ¡podemos ser todos!, puedes ser tú y claro que puedo ser yo. 

La pobreza del corazón es la pobreza más grande del ser humano, como cuando se paraliza nuestra mente a la verdad, o cuando caminamos faltos de honradez, o cuando nos cegamos ante la justicia que está frente a nosotros. Y entonces ¿Acaso no te identificas?, somos nosotros los invitados a esa cena. Y en reciprocidad podremos pagar esa invitación con el perdón, con la bondad, con la verdad y la justicia, con las acciones de buena fe que puede tener nuestro corazón. Se nos invita a recapacitar y poder dar un paso a construir un lugar mejor para todos en armonía y en la libertad de sabernos hijos de Dios.  

Nosotros somos los resucitados que vamos a volver a nacer en el perdón, en el regocijo del arrepentimiento para sanar y ser ricos en virtudes que vienen de Dios, para poder caminar de frente y abrir los ojos ante la verdad, Aquel que dice la verdad, va a ser muchas veces rechazado porque el ser humano por naturaleza está más preparado a recibir una mentir que una verdad; porque la verdad duele y no la queremos escuchar. Renacer a la verdad nos enriquece la vida y nos ayuda a crecer en el amor de la humildad y la bondad. 

Propósito de hoy: Vamos creciendo nuestra fe con una oración especial.